El rey Hussein dejó designado al nuevo primer ministro
El rey Abdalá II se dispone a cumplir con una de las últimas voluntades de su padre y efectuará en breve un cambio en la dirección del Gobierno para situar como primer ministro a un hombre de máxima confianza y gran experiencia, cuyo nombre está escrito en el testamento político que Hussein entregó a su heredero e hijo primogénito.Son cuatro los candidatos con los que se especula en medios políticos jordanos. El príncipe Zaid Bin Shaker, general del Ejército y familiar de Hussein, es el que cuenta con más posibilidades de reemplazar a Fayez Tarawane, nombrado en agosto durante la regencia del príncipe Hassan. Shaker está considerado un hombre siempre fiel al rey Hussein. A él recurrió el monarca en varias ocasiones, nombrándolo siempre primer ministro en los momentos más complicados del reinado.
En el semanario Al Mayd, que se edita en la capital jordana, se barajaba ayer un segundo nombre: el del ex primer ministro Abdelkarim al Kabariti, diputado y especialista en economía, quien ya ocupó el cargo en 1995. A estos dos hay que sumar la candidatura de los ex primer ministros Mudar Badran, tres veces jefe de Gobierno, y Zaid al Rifai, actual presidente del Senado.
La experiencia de cualquiera de los cuatro ex primer ministros, que constituyeron una especie de célula de crisis durante la larga agonía del rey, podría representar un apoyo visible e importante para el nuevo monarca, quien carece de experiencia en el manejo de la administración del Estado y se encuentra enfrentado a importantes retos políticos -nacionales y regionales- y económicos.
Los cambios en la estructura del Gobierno irán, sin duda, acompañados de otros relevos en varios de los ministerios clave y en el seno de la corte, verdadero Gobierno paralelo del país, donde se concentran los asesores personales del soberano y desde donde se dirigen instituciones tan importantes para el país como el Ejército y los servicios de información, conocidos como mujabarat.
Más democracia
Abdalá II, que ya ha anunciado que democratizará profundamente las estructuras jordanas, se encuentra ante una grave crisis económica que se inició con la guerra del Golfo, en la que la deuda exterior alcanzó los 6.800 millones de dólares. A ello se suma un paro que afecta a una quinta parte de la población. Las promesas de ayuda internacional anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y los Gobiernos de Arabia Saudí y Kuwait no paliarán la crisis actual si antes no se combate a fondo la corrupción y se pone orden en las finanzas del país.
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