Amann dice que "no hay que precipitarse" con la "Y" ferroviaria

El consejero de Transportes y Obras Públicas, Álvaro Amann, llamó ayer a prescindir de la precipitación en relación con la Y ferroviaria y fijó el año 2001 como la fecha probable para el cierre de un proyecto con un trazado definitivo. Amann, que se entrevistó ayer con el ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado, admitió que el proceso se va a retrasar y restó importancia a este hecho, escudado en la afirmación de que "se trata de una infraestructura que va a permanecer cien años". "No hay que precipitarse, tenemos que encontrar una solución con prudencia, porque esto va a ser para mucho tiempo". Amann sólo concretó que su departamento y el ministerio se comprometieron a establecer una comunicación entre ambas administraciones, para mantenerse mutuamente informadas de la evolución de los acontecimientos. El proyecto de nuevo trazado ferroviario para unir las tres capitales vascas y conectar Euskadi con la alta velocidad francesa cuando ésta llegue hasta la frontera tiene un total de 1.600 alegaciones, de las cuales algunas se pueden considerar a la totalidad. Así ocurre, por ejemplo, con la presentada por las Cámaras de Comercio, que sugieren un trazado alternativo, que convertiría la Y en una L invertida. A la inconcreción que ha envuelto desde el comienzo la financiación de la ambiciosa infraestructura, cuyo coste se estima en medio billón de pesetas, se añade ahora el cuestionamiento del propio trazado. Los retrasos pueden, además, redundar en la pérdida de ayudas comunitarias, que no estarán en vigor ya si el proyecto se dilata demasiado en el tiempo. No hay que olvidar tampoco la rotunda postura en contra del proyecto mantenida por Herri Batasuna, cuyo apoyo necesita ahora el Gobierno para sacar adelante sus planes.