Los presupuestos de la Universitat de València FRANCISCO J. MORALES OLIVAS

El domingo 31 de enero se publicó en las páginas de EL PAÍS Comunidad Valenciana un comentario sobre los presupuestos de la Universitat de València que puede dar una idea errónea sobre el contenido de las líneas generales presupuestarias para 1999 que deben ser debatidas por el claustro el próximo día 17. En el citado artículo se decía que habíamos descubierto que nuestros presupuestos anteriores estaban mal elaborados. Nada más lejos de la realidad. Como demuestran los sucesivos informes de la Sindicatura de Cuentas, nuestros presupuestos se realizan de acuerdo con las líneas generales que previamente aprueba el claustro y reúnen las condiciones previstas en nuestros estatutos y en la Ley de Hacienda Pública de la Generalitat y cada año son liquidados de forma equilibrada. El hecho de que el equipo económico que elaboró los presupuestos de años anteriores, no sea el mismo que el que tiene la responsabilidad de hacerlo este año hace más necesaria esta matización, para evitar que se pueda pensar que "el que calla otorga". Lo que decimos en la presentación de las líneas presupuestarias de 1999, cuya lectura incompleta ha podido ser la fuente que inspira el comentario, es que la insuficiencia de la subvención procedente de los presupuestos de la Generalitat Valenciana y el modelo utilizado para calcular ésta nos están conduciendo a una situación de angustia financiera porque el modelo de financiación que utiliza la Consejería de Educación para calcular la subvención no contempla los gastos de mantenimiento de las instalaciones. Paradójicamente, esta insuficiencia es especialmente grave cuando el plan de inversiones permite, por primera vez en veinte años, construir y rehabilitar espacios para que nuestra actividad se realice en unas condiciones físicas dignas. Ante esta situación, la Universitat de València ha ido haciendo frente a unas obligaciones económicas que crecen más deprisa que la subvención de la Generalitat y que lo recaudado por tasas, gracias al buen hacer de los equipos económicos que nos han precedido y de un ejercicio permanente de austeridad por parte de los miembros de la comunidad universitaria. La opinión pública debe conocer que la subvención que llega a las universidades valencianas es, desde años, bastante inferior en términos relativos de la que reciben otras universidades españolas y europeas y que por ello se está discutiendo con la Consejería de Educación un nuevo modelo de financiación que nos aproxime a ese 1% del PIB que los expertos consideran el mínimo aceptable. También debe la opinión pública saber que las inversiones se financian por una vía finalista, al margen de la subvención; y por último, pero muy importante, que la conmemoración de los Cinco Siglos de la Universitat de València se va a poder realizar de forma adecuada gracias a la colaboración de empresas e instituciones que han hecho generosas donaciones para ese fin y por tanto que la conmemoración, que pretendemos compartir con la sociedad, no gravará en forma alguna a nuestros maltrechos pero, eso sí, equilibrados presupuestos.

Francisco J. Morales Olivas es vicerrector de Infraestructuras y Planificación de la Universidad de Valencia.