Comulgar con la polémica

La misa de las doce, el viernes en Matalpino (pedanía de El Boalo), acabó en escándalo. El párroco se negó a dar de comulgar a la alcaldesa y a la primera teniente de alcalde. Las dos mujeres hacían cola frente al altar, pero cuando llegó su turno, el cura, Alberto Jerónimo Couto, les dijo que no les iba a dar la hostia y se tuvieron que dar media vuelta. La primera teniente de alcalde, Consuelo Esteban, independiente, pero que se confiesa de "derechas", se marchó de la iglesia "indignada". "Le pregunté por qué no quiso darme la hostia y me contestó que antes de comulgar hablara con él. Como no me pareció una razón válida, se lo volví a preguntar y me repitió lo mismo tres veces", explica Esteban.Y es que el enfrentamiento del párroco con las ediles viene de lejos, desde hace cuatro años: "En 1995 entramos nosotras como equipo de gobierno. Debe ser que no le gusta que gobiernen las mujeres. Es un machista, un cura medieval, digno de la Inquisición", añadió Esteban. De por medio, en el conflicto hay, además, una recalificación de terrenos para la construcción de una parroquia en Cerceda, donde Couto también oficia misa. "Nos pidió un terreno en Cerceda hace unos años, pero entonces el terreno era rústico y no se lo pudimos dar. Nos acusó de mentirosas. Ahora ya tenemos el suelo recalificado, pero nos estamos pensando si dárselo o no", explicó la teniente de alcalde.

La misa que ha desatado esta polémica se celebraba en honor a la patrona de Matalpino, santa Águeda, en cuya festividad es tradicional en algunas localidades que las mujeres asuman el poder civil, eligiéndose ese día, de manera simbólica, alcaldesa. La ceremonia fue la más concurrida del año: unas 300 personas se sentaron en los bancos de la parroquia el viernes, entre ellas, autoridades militares y civiles. Carmen Díaz Carralón, la alcaldesa, una independiente que se define de "centro derecha", se quedó "perpleja" cuando el cura le negó la comunión. Como "católica y practicante, me quedé muy disgustada", recordaba ayer. El sábado pasado envió un telegrama al cardenal y arzobispo de la diócesis de Madrid-Alcalá, Antonio María Rouco Varela, pidiendo una aclaración. El párroco, por su parte, tras la misa del domingo, a las 13.00, se negó a explicar por qué actuó así y afirmó que esperará a la contestación del cardenal.

La teniente de alcalde también critica que "el párroco mezcle religión con política". "En lugar de sermones lanza discursos desde el púlpito. Y lo que ha ocurrido ahora es muy grave porque la comunión no se les niega ni a los presos condenados a muerte", lamentaba Esteban, quien asegura que no volverá a la parroquia "hasta que el cura no se vaya del pueblo".