Los "Caprichos" de Goya cumplen 200 años

El 6 de febrero de 1799, el Diario de Madrid anunciaba la venta de una "colección de estampas de asuntos caprichosos, inventadas y grabadas al aguafuerte por don Francisco de Goya". La Calcografía Nacional y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando conmemoran hoy el segundo centenario de la publicación de los Caprichos con una exposición de la colección completa de las 80 láminas de cobre y las estampas de la primera edición de la serie. "Los grabados eran una bomba de relojería", declaró ayer Juan Carrete, subdelegado de la Calcografía Nacional. La intención de la muestra es resaltar la vigencia y la actualidad de los temas goyescos, con una amplia difusión de los grabados, desde Internet a programas escolares.

El gabinete Francisco de Goya, en la sede de la Calcografía Nacional, de Madrid (Alcalá, 13), diseñado por los arquitectos Federico Correa y Alfonso Milá, donde se expone de forma permanente una selección de las planchas de cobre originales de las series de Goya, presenta con este motivo las 80 láminas de la serie de los Caprichos, trabajadas al aguafuerte, aguatinta y punta seca por el pintor. En las salas se han colgado las 80 estampas de la primera edición, por el mismo orden que figura en los grabados, desde el autorretrato a la pieza Ya es hora. La difusión de los Caprichos incluye en la zona de la biblioteca, junto con el legado del historiador Lafuente Ferrari, una serie de pruebas con información didáctica sobre la forma de trabajar del artista, y se va a colocar un libro para que el público escriba sus reflexiones. Se ha abierto una página en Internet con la dirección www.insde.es/calcografía y siguen en la tienda los dos libros publicados en 1996 sobre los Caprichos con la reproducción de las láminas y los estudios de Juan Carrete, Nigel Glendinning, Juan Miguel Serrera y Jesusa Vega.

Libro visual

La exposición, que se inaugura hoy y estará abierta hasta el 4 de abril, quiere reflejar la actualidad de Goya. "El mensaje es que Goya está vigente y por eso se quiere difundir, desde la escala universal de Internet a los programas educativos y la propia exposición", dice Juan Carrete. "Al ver y contrastar las distintas estampas a través del tiempo podemos hablar de la razón contra la ignorancia, la desigualdad de hombre y mujer, la superstición, la educación de los niños, las clases parásitas de la sociedad, el oscurantismo frente a las luces de la razón, la hipocresía social, las cárceles, la pena de muerte. Es una lectura de estos grabados, que se deben leer como si se tratara de un libro visual". Para Juan Carrete, los asuntos caprichosos es la serie más social de Goya, que, por orden cronológico, entrega las copias de Velázquez, los Caprichos, los Desastres de la Guerra (las miserias que produce la guerra), la Tauromaquia (más festiva) y los Disparates (la más surrealista).

Los artistas solían anunciar en la prensa la venta de sus trabajos. Goya puso un anuncio en el Diario de Madrid del 6 de febrero de 1799 con motivo de la aparición de la serie más crítica. El día 19 de febrero lo retira tras una denuncia a la Inquisición, que en los procesos de estos casos solía incautarse las láminas y borrar las planchas de cobre. Para evitar la pérdida, el pintor regala las planchas y las láminas que le quedaban de la primera edición de unos 300 ejemplares a la Real Calcografía a cambio de una pensión real para su hijo. La segunda edición se tiró en 1855.