PSOE y PP rivalizan por incluir más mujeres en sus direcciones
Desconfianza de políticas y feministas ante los anuncios sucesivos de Borrell y Aznar
¿Quién da más? José Borrell promete un viernes formar su Gobierno con un 50% de ministras y el jueves siguiente José María Aznar designa a 16 mujeres del PP para formar el Comité Ejecutivo del partido, de un total de 30 dirigentes. Hace tiempo que está demostrado que al electorado le encandilan las mujeres, pero PP y PSOE parecen haber descubierto al tiempo dónde hay que jugarse el órdago. Alguna feminista lo traduce como un cierto oportunismo.
Se sabía que el presidente del Gobierno buscaba mujeres para renovar la cara del partido, pero la primera propuesta concreta partió del PSOE. "La mitad de mi Gobierno estará formado por mujeres", anunció el candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, el pasado 22 de enero. Y añadió a este periódico: "Es un compromiso firme". Seis días más tarde, el pasado jueves, Aznar retomó la iniciativa: más de la mitad del Comité Ejecutivo del PP tendrá nombre de mujer, lo que deja pequeño el logro del PSOE, que en 1997, tras su 34º congreso, puso a 14 militantes femeninas en su Comisión Ejecutiva Federal, formada por 33 personas (42,4%).Las mujeres del PP están moderadamente satisfechas por el ascenso numérico alcanzado en el comité ejecutivo que ayer eligió el XIII Congreso Nacional del Partido Popular, aunque reconocen que todavía no están "en el núcleo duro" de poder, como señalaba la alcaldesa de Málaga, Celia Villalobos, informa .
Como quiera que no creen en las cuotas que figuren en los estatutos del partido, su lucha va a estar en que cada vez haya más y más mujeres militando. Sólo así los hombres no tendrán más remedio que dejarlas un hueco de igual a igual, concluía la dirigente andaluza y alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez. "Mientras las mujeres no estemos en los núcleos duros de poder no cambiará la forma machista de hacer política; no se trata de que haya más o menos mujeres en el Ejecutivo, sino de quién tiene el poder de verdad; y ahora no lo tenemos", señaló Villalobos. Por su parte, Amalia Gómez, secretaria general de Asuntos Sociales, dijo: "La prueba del algodón se hará en junio cuando veamos las mujeres que van en puestos de salida para las elecciones municipales y autonómicas".
En los grandes partidos se tiene como verdad incontestable que el electorado, formado por un 51% de mujeres, se inclina más por las listas en las que la representación femenina es alta. Sin embargo, sólo el PSOE -y después IU- han definido una estrategia comprometida para instalar más mujeres en el poder. El PP nunca ha fijado principios sobre este tema.
Cuotas incumplidas
Que el PP se niegue a fijar cuotas y que, sin embargo, las aplique es para María Teresa Fernández de la Vega, secretaria del grupo parlamentario socialista, la prueba de que "ya nadie hoy en día se atreve a dejar sin representación a las mujeres". Así que a la hora de hacer listas electorales o formar órganos institucionales, "se está normalizando el hecho de que haya mujeres, de la misma forma que se busca el equilibrio territorial, porque es algo de sentido común", explica el miembro de la Ejecutiva socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, quuien añade que la discriminación positiva es una medida absolutamente necesaria para reequilibrar las cosas en un país tan machista como éste.Lo cierto es que la política ha sido hasta hace muy poco una cosa de hombres. Cuando el PSOE arrasó en la elecciones generales de 1982, sólo el 10% de sus militantes eran mujeres. Ahora, es del 26,5%, una tasa que no alcanza todavía a la del PP, que roza el 30%.
La paradoja está ahora en que un partido como el socialista fija cuotas y no las cumple y el partido en el poder no las fija, pero gana al PSOE. Así, en el 34º congreso del partido socialista, se incluyó en los estatutos la obligación de que "ningún sexo tendrá menos del 40% ni más del 60% de representación en cualquier órgano de dirección, control o ejecutivo del partido"... "Esta proporción será aplicable a la composición de las candidaturas electorales, tanto en la integridad de la lista como en el conjunto de los puestos sobre los que exista previsión de resultar electos".
Pues bien, ni en las elecciones autonómicas gallegas de octubre de 1997 ni en las vascas de octubre de 1998 las socialistas han alcanzado el 40% de los cargos elegidos. En Galicia se quedaron en el 20% y en el País Vasco, en el 36%.
Todos coinciden en señalar que las resistencias de los varones son difíciles de sortear. Y para las próximas municipales, la secretaría de Participación de la Mujer, que dirige Micaela Navarro, tiene la potestad de tumbar listas que no cumplan los requisitos.
El anuncio de Borrell se asume entre los socialistas como un paso adelante en la consecución de la democracia paritaria, pues ni Rubalcaba ni Fernández de la Vega creen que estuviera obligado a cumplir un compromiso que sólo atañe al funcionamiento interno del partido. Micaela Navarro piensa que habría una obligación moral, pero valora el salto en la idea de que "cuando se habla del 60/40 siempre se piensa en el 40% para las mujeres y el 60% para ellos".
Si hay oportunismo o puro electoralismo, es algo que a la diputada socialista Cristina Alberdi le preocupa menos. "Todas las encuestas demuestran que la gente tiene un sentimiento favorable hacia la presencia de mujeres en los cargos electos. Y eso es un gran avance social y supone una transformación a todos los niveles".
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