Del calor mexicano al frío de San Luis
Las dos ceremonias de ayer, al igual que los demás actos programados en esta visita del papa a San Luis, han puesto de relieve con toda crudeza el carácter minoritario del catolicismo en Estados Unidos (sólo el 21% de los habitantes profesa esta fe).Karol Wojtyla no ha encontrado aquí el frío atmosférico que pronosticaban los metereólogos, sino el frío glacial de una sociedad que vive con enorme pragmatismo la vida. Para el ciudadano estadounidense de a pie, Juan Pablo II no pasa de ser una celebrity que sale en la televisión. De hecho han sido los medios de comunicación -sobre todo los locales-, diarios y cadenas de televisión, con una cobertura exhaustiva, los que han colocado el acontecimiento a la altura de lo que se supone debe ser la visita de un Papa. Durante sus recorridos por la ciudad, el Papa no ha encontrado apenas gente en la calle.
La organización de los encuentros mantenidos por Wojtyla con los jóvenes primero, y con los fieles en general en la misa y en el acto de la catedral, ha sido tan rigurosa como sobria, dentro de una estética casi protestante. Excelente música, excelentes coros, excelente puesta en escena, pero poco calor humano.
