España: más tecnología que contenido
En lo que parecía un alarde de modernidad tecnológica, sentido de la anticipación y previsión de futuro, los primeros editores científicos españoles se subieron al tren de Internet allá por el año 1995. Es cierto que llegaron con lo puesto -el índice de contenidos de algunas de sus revistas y poco más- pero hay que reconocer que se instalaron en la red antes que otros editores y publicaciones internacionales de mayor rango y precediendo incluso a su público natural. Eran tiempos en los que cotizaba al alza la muerte del papel, por más que John Maddox proclamara que la revista Nature se seguiría publicando impresa 125 años después. Negroponte estaba ultimando su manuscrito de Being digital y la presencia en Internet parecía obligada, por lo que pudiera pasar.Y lo que ha pasado en estos pocos años de fulgurante expansión de Internet es que se han multiplicado los sitios web de revistas médicas y científicas, su puesta en escena se ha perfeccionado, los soportes impresos y digitales han convivido pacíficamente, han surgido algunas pocas publicaciones exclusivamente electrónicas y la atención de científicos y lectores de ciencia sigue pendiente de lo mismo de siempre: los contenidos de calidad y su nivel de difusión.
Hoy, buena parte de las más de 200 revistas médicas editadas en España y una proporción menor de los otros dos centenares incluidos en el Índice Español de Ciencia y Tecnología (ICYT) ya están presentes en Internet, aunque todavía son escasas las que ofrecen el texto completo de sus artículos. Es cierto que Internet amplía la visibilidad de una revista, pero en una jungla de miles de publicaciones electrónicas los argumentos para dejarse ver apenas han variado: el prestigio del editor, la publicación en inglés, su inclusión en las grandes bases de datos y el factor de impacto de la revista, sin olvidar la pericia del editor electrónico. De las 36 revistas españolas incluidas en Medline, la mayor base de datos de biomedicina del mundo, sólo una (Revista Española de Medicina Nuclear) tiene su sitio web enlazado con esta base de datos. En la élite del Science Citation Index hay tan solo 12 revistas nacionales, la mayoría de las cuales está presente en Internet.
Medicina Clínica, la publicación científica española con mayor factor de impacto y difusión internacional, ha seguido la pauta de otras revistas internacionales de prestigio: empezó en Internet en 1995 con su índice de contenidos, un año después incluía además los resúmenes de los artículos y ahora se ofrece a texto completo, aunque sólo para suscriptores. No es ni mucho menos la única revista española que tiene un buen sitio web, pero mientras lo mejor de la producción científica nacional se siga publicando en inglés y en revistas extranjeras, la tecnología seguirá yendo muy por delante de los contenidos.
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