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La acusación pide oficialmente la comparecencia en el Senado de Clinton y de Monica Lewinsky

El Senado de EE UU debatía anoche a puerta cerrada la propuesta republicana para que comparezca Bill Clinton y tres testigos, entre ellos Monica Lewinsky, en el proceso que se sigue contra el presidente. Aunque la votación podía ser aplazada hasta hoy, la creciente sensación de partidismo en el Senado hacía pensar que la mayoría republicana impondría la presencia de testigos y del presidente. Los demócratas acusan al Partido Republicano de reclamar la presencia de Clinton y Lewinsky en el Senado sólo para intentar poner de su parte a la opinión pública.

Las puertas del Senado se cerraron por primera vez el lunes por la noche para debatir una moción que propone el sobreseimiento del caso. Las reglas del proceso establecidas en su único precedente (el juicio contra Andrew Johnson en 1868) obligan a celebrar a puerta cerrada los debates sobre las mociones en un proceso de impeachment. La llamada regla 29 amenaza con la expulsión de su escaño a cualquier senador que revele el contenido de esos debates secretos. Previamente había fracasado por 57 votos frente a 43 una propuesta demócrata para anular esa regla y que los debates fueran abiertos a los medios de comunicación.Los fiscales republicanos y los abogados de Bill Clinton consumieron anoche las dos horas de las que disponía cada parte para argumentar a favor y en contra de la convocatoria de testigos y del presidente. Las puertas volvieron a cerrarse después para el debate entre los senadores. Estaba previsto que las votaciones sobre el sobreseimiento del caso y sobre las comparecencias se realizaran la pasada madrugada o quedaran aplazadas hasta hoy.

Los fiscales republicanos quieren citar al Senado a tres testigos y han "invitado" a declarar a Clinton. La lista de testigos la forman Monica Lewinsky, Vernon Jordan, amigo personal de Clinton y Sidney Blumenthal, consejero presidencial. Sorprendentemente los fiscales no incluyeron en esa lista a alguien cuya presencia se daba por segura: la secretaria personal del presidente, Betty Currie.

Todavía no está claro si las comparecencias serían ante el pleno del Senado o sólo ante los fiscales del proceso. El senador republicano Bill McCollum aseguró que la solicitud de comparecencias está justificada porque "las dos personas que más saben de todo esto son Monica Lewinsky y William Jefferson Clinton". Varios senadores demócratas aseguran que la estrategia republicana consiste en buscar imperiosamente la presencia de Lewinsky y Clinton en el Senado para tratar de ridiculizar al presidente. Según el senador Christopher Dodd, los fiscales republicanos "creen que si llevan a Lewinsky al Senado conseguirán que 100 millones de americanos lo vean por televisión y que de repente cambie el sentido de la opinión pública".

Aunque parece posible que haya suficientes votos republicanos para apoyar la comparecencia de testigos y de Clinton en el Capitolio, algunos senadores de este partido han comenzado a criticar la actuación de los congresistas de su misma formación política que están actuando como fiscales en el proceso.

El Senador Richard Shelby aseguró en la NBC que los fiscales quieren llamar a testigos "porque esperan encontrar algo, no porque tengan algo". Shelby se mostró partidario de evitar la presencia de testigos y pasar directamente al voto final.La solicitud de la comparecencia de Clinton pilló de sorpresa a la Casa Blanca, que horas antes, consciente de la falta de votos necesarios para la destitución del presidente, se había negado a responder por escrito a unas preguntas formuladas por los fiscales.

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