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El Consell ha reforestado el 10% de las 160.000 hectáreas prometidas por el PP en las elecciones

Eduardo Zaplana, presidente de la Generalitat, empuñó con fuerza la bandera del medio ambiente de cara a las elecciones autonómicas de 1995. En enero de aquel año, el presidente del PP se mostró "muy satisfecho" de explicar al electorado su Libro Blanco del Medio Ambiente, su programa de gobierno en caso de copar el Consell. Se trataba de un tomo "riguroso, amplio y prolijo" con 265 páginas de "soluciones integradas". Entre los pocos compromisos cuantificables destacaba uno: reforestar 40.000 hectáreas al año. Cuatro años después sólo se ha alcanzado el 9,67%.

Zaplana, en su calidad de presidente del PP, resaltó las virtudes del Libro Blanco del Medio Ambiente de la Comunidad, incluido en su programa de gobierno. En el prefacio destacó que el documento daba soluciones para múltiples problemas ambientales. "Para cada problema se ofrecen medidas técnicas; estas medidas se inscriben en marcos administrativos nuevos y todo ello se acompaña de medidas económico-fiscales para incentivar a los sectores afectados por el problema y de medidas sociales para facilitar la participación ciudadana en la toma de soluciones". Así, el Libro Blanco, encargado personalmente por Zaplana a José Sanmartín, en su calidad de Coordinador de la Comisión Regional de Medio Ambiente del PP, y a Martín Quirós, como presidente de la misma, se centraba en cuatro subsecciones: política forestal, calidad del agua, vertederos y espacios protegidos (centrada sólo en el parque de L"Albufera). El diagnóstico de la situación de los bosques valencianos que efectuaba el libro era demoledor. Frases como "entre 1989 y 1994 han ardido en torno a las 131.196 hectáreas de superficie arbolada" o "la Comunidad Valenciana ocupa el primer lugar en el ránquing de gravedad [de los incendios]" trufaban el grueso tomo. Proceso de desertización El PP centró el problema en el valor ecológico y protector de los suelos: "Un 44% del territorio de la Comunidad Valenciana está sujeto a erosión alta, muy alta o extrema, con una pérdida media de 130 toneladas [de suelo] por hectárea y año". Y dio la solución: "Para combatir este proceso de desertización el Partido Popular considera necesario acometer un amplio programa de reforestación de un mínimo de 40.000 hectáreas por año". El PP ganó las elecciones, ha gobernado cómodamente cuatro años y, a apenas cinco meses de las elecciones, el balance no se acerca ni de lejos a la que quizá era la única promesa concreta del programa verde del PP. 1995 se saldó con 7.653 hectáreas reforestadas. El siguiente ejercicio, ya íntegramente con Ejecutivo del PP, se cerró con 5.064. El balance de los dos últimos años ha sido sensiblemente inferior: 1.730 hectáreas en 1997 y 1.029 el año pasado. En total, de las 160.000 hectáreas prometidas por Zaplana sólo se ha logrado tapizar de árboles el 9,67% (15.476 hectáreas). Ciertamente, la siniestralidad de los incendios de la anterior legislatura, que enmarcada en uno de los periodos más secos de las últimas décadas arrasó el patrimonio forestal de toda España, sensibilizó al electorado. Y aunque el fuego afectó a autonomías de muy distinto signo político (destacaron la Comunidad Valenciana, gobernada por los socialistas, Castilla-León, del PP, y Cataluña, en manos de CiU) los populares valencianos centraron las culpas en la gestión del Gobierno del socialista Joan Lerma. El próximo domingo, Día Mundial del Árbol, se sucederán como cada año los actos para ensalzar el valor de los bosques. Plantaciones y discursos que no contarán con la presencia del presidente de la Generalitat, que estará en Madrid en el congreso del PP. Pero sí queda su programa de hace años. Así, fuera por una tendencia a la exageración electoralista o por un exceso de optimismo, la cifra vendida al electorado fue la de recuperar 160.000 hectáreas, es decir, aumentar en un 40% el patrimonio forestal arbolado (404.063 hectáreas, según el último inventario). Sorpresa y escepticismo Esta apuesta fue calificada entonces por la oposición como desorbitada. Además, la promesa fue recibida por los ecologistas con abierto escepticismo y con sorpresa por los expertos en tratamientos forestales. "Me eché a reír", reconoce uno de ellos, "y entre los colegas llegamos a la conclusión de que no sabían lo que decían". Pese al exiguo balance de reforestación, en la Consejería de Medio Ambiente, gobernada por el regionalista José Manuel Castellá en virtud del pacto de gobierno entre el PP y UV, se muestran contentos con los resultados. Según su estrategia, poco más se puede hacer: "Tenemos una regeneración natural muy fuerte, y quedan sólo algunos flecos, algunas zonas donde actuar pero son pocas hectáreas". Así, centran el problema de la cobertura vegetal en los bosques privados, donde calculan que sí que se podrían reforestar entre 8.000 y 10.000 hectáreas más. Y si 1998 se ha cerrado con sólo 1.029 hectáreas repobladas ha sido "porque no ha llovido". A lo largo del invierno esperan llegar a las 1.500 hectáreas previstas. "Tenemos adjudicados los proyectos y la obra pero no podemos dar la orden hasta que no haya llovido".

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