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Reportaje:

La Barcelona trágica de 1939

Por la avenida Diagonal y por Vallvidrera. El ejército nacional entró, el 26 de enero de 1939, en una Barcelona callada y quieta. Los ciudadanos, cerrados en un primer momento en sus casas, salieron luego a la calle y siguieron a las tropas hasta concentrarse en la que aún era la plaza de Cataluña. Mañana se cumplirán 60 años de estas imágenes en blanco y negro. La guerra civil, sin embargo, no terminó ahí. El 10 de febrero se culminó la ocupación de Cataluña y el 1 de abril el general Francisco Franco hizo público el tantas veces repetido comunicado: "Cautivo y desarmado el Ejército rojo, las tropas nacionales han alcanzado sus últimos objetivos militares". Para rememorar la fecha e indagar en la sustitución del orden republicano por el fascista, un grupo de tres historiadores está acabando los preparativos de una exposición que se inaugurará a mediados de abril en el Museo de Historia de la Ciudad: 1939. Barcelona any zero. Acompañándola, preparan también un ciclo de conferencias, seminarios y publicaciones que, bajo el título genérico de Les ruptures de l"any 1939, se celebrarán bajo el patrocinio de la Fundación Carles Pi-Sunyer. "El año 1939 rompe de manera brutal con una dinámica histórica que había conducido hasta la República. Supone, también, su sustitución por un nuevo orden de cosas que en 1939 adquiere su vertiente más feroz e impactante", explica Manel Risques, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Barcelona (UB) y uno de los comisarios de la exposición, junto a Ricard Vinyes, profesor también de la UB, y Francesc Vilanova, de la Universidad Autónoma de Barcelona. ¿Por qué ahora y no antes? El profesor Risques se remite a las dificultades que hasta hace pocos años han encontrado los investigadores para aproximarse a determinados archivos de instituciones y audiencias, del estamento militar y de los gobiernos civiles. "Ha existido una voluntad de esconder el contenido de 1939", dice. En los últimos tiempos ha habido una mayor flexibilidad y se han podido establecer unas bases empíricas más firmes. Régimen de ocupación Testimonios e investigadores pintan el 1939 barcelonés de color gris. Las tropas franquistas entran a la ciudad con un plan preestablecido. El "régimen especial de ocupación", dictado el mismo día 26 y conducido por el general Álvarez Arenas, se prolonga hasta el primero de agosto. "Una vez instalados, empieza el proceso de liquidación del pasado republicano y la imposición de la nueva realidad de los vencedores", ilustra Vilanova. La sustitución es total y abarca todos los ámbitos de la vida de la ciudad. Es el nacimiento del concepto de una España eterna reflejado en octavillas, canciones, frases hechas y nombres de revista. La Generalitat es sustituida por las diputaciones provinciales; el Institut d"Estudis Catalans, por el Instituto Español de Estudios Mediterráneos; la Universidad Autónoma de Barcelona, por la Universidad Central. Son unos pocos ejemplos. No se trata sólo de un cambio de nombres y símbolos, sino también de personas y actitudes entre la ciudadanía. La intervención es tan exhaustiva que los comisarios de la exposición han prescindido de mostrar la vida cotidiana de los barceloneses en un espacio específico. El Estado está presente en todo: "Es una de las características de todas las dictaduras de los años treinta", señala Vinyes. Y añade Vilanova que la única señal de normalidad es el cese de los bombardeos de la guerra. Las fotografías transmiten, sin embargo, otra imagen. La Barcelona retratada por los fotógrafos oficiales "es una maravilla", ironiza Risques. Este ha sido uno de los escollos que salvar por los investigadores para lograr transmitir la imagen de la ciudad en 1939. A pesar de ello, señala: "Siempre hay elementos que permiten otra lectura". Serán, pues, las caras de los vencedores, las inauguraciones, los actos oficiales y los noticiarios, pero también estará la memoria de los derrotados: multas, fichas de presos, expedientes personales y de responsabilidades políticas, actas de consejos de guerra, correspondencia de exiliados y de internados en campos de concentración. Son unos 460.000 los catalanes que huyen durante la guerra civil y los primeros meses de 1939. Unos 300.000 ya han vuelto a fines de año. ¿Por qué? Al margen del personal militar y de aquéllos comprometidos directamente con la República, hay un "movimiento de pánico que arrasa Cataluña desde la entrada de los primeros contingentes". Es la población civil que huye por miedo a las "ejecuciones arbitrarias y salvajes y a los saqueos", señala Vilanova. Fragmentos de cartas de refugiados ilustran con su dramatismo la situación: "Hace un mes que comemos arena", reza una de las que expondrán. La delación como virtud Los fusilamientos de los primeros días no están contabilizados con exactitud. Pero hay algunos datos indicativos: sólo en el Camp de la Bota se fusila a unas 800 personas desde el mes de febrero hasta diciembre. En la cárcel de mujeres, apunta Risques, "hay un 95% de ingresos por motivos políticos". Las nuevas autoridades incitan que la delación se eleve a la categoría de "virtud patriótica", añade el historiador. Los resquemores cultivados durante la guerra explotan y la avalancha de acusaciones es imparable. Admite Vinyes que en las fechas posteriores al 18 de julio de 1936 también se cometieron barbaridades, pero matiza: "En 1936, el Estado intentó por todos los medios impedir las represalias mientras que en 1939 el nuevo Estado se plantea como mecanismo de actuación la liquidación absoluta de todo aquél que no piensa como él". La depuración llega a las aulas de la Universidad. Caen 144 profesores entre exiliados, depurados y encarcelados. En el funcionariado sucede lo mismo y entre los maestros de escuela, también. Se suprimen las asignaturas de lengua, literatura e historia de Cataluña y se implantan nuevos planes de estudio. Para los tres historiadores que han preparado la exposición, la presencia de catalanes entre los que sustituyen a políticos, funcionarios y profesores de la República -una especie de Vichy catalán- no implica que Cataluña no fuese derrotada: "Sería como decir que Francia no fue derrotada porque estaba Pétain", responde Vinyes. Año cero. La exposición y las jornadas y publicaciones que la acompañarán supondrán, en última instancia, una especie de ajuste de cuentas con la figura histórica del general Franco. Un repaso a lo que significa su alzamiento en un momento en que se había llegado a un consenso para crear un nuevo modelo territorial para España. Con esfuerzos y tensiones, pero existente. Manel Risques lo resume en pocas palabras: "Repasar el significado de 1939 es un punto de partida esencial para entender el presente del país".

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