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El Ayuntamiento pierde los juicios sobre contenedores ilegales por falta de pruebas

Las empresas evitan pagar las multas acudiendo a los tribunales

Las empresas de contenedores le tienen cogida la medida al Ayuntamiento de Madrid en las salas de lo contencioso-administrativo del Tribunal Superior de Justicia. Las denuncias que tramita la Concejalía de Limpieza por irregularidades en el tratamiento de los residuos se producen por centenares, pero los supuestos infractores presentan recursos que ganan sistemáticamente por falta de pruebas. El edil de Limpieza, Luis Molina, del PP, ya ha dado órdenes para poner coto a esta situación.

En el próximo pleno municipal se votará el caso de la firma Minicon, SA, que ha ganado sendos recursos a la Junta Municipal de Retiro por dos denuncias formuladas en abril y noviembre de 1994. Se trata sólo de un mínimo botón de muestra, ya que la Casa de la Villa viene sufriendo unos quinientos recursos anuales por parte de las firmas de contenedores, y los pierde casi todos, según los cálculos del edil socialista Rafael Merino.¿Qué está sucediendo con los contenedores de obras? Fundamentalmente, que la ordenanza medioambiental deja abierto un resquicio por el que las empresas pueden neutralizar casi todas las denuncias del Ayuntamiento. La normativa municipal especifica que los contenedores deben cubrirse con una lona durante la noche, y que los vertidos no pueden sobrepasar en ningún caso el ras. Ambos aspectos se contravienen con frecuencia, por lo que cualquier policía municipal puede tramitar la correspondiente denuncia: infracción grave, sancionable con una multa de entre 10.001 y 15.000 pesetas. Ahí no acaba la cosa. Y es que el texto municipal también especifica que el incumplimiento ha de verificarse durante un plazo de 24 horas. Como el Ayuntamiento no prueba en su denuncia que haya transcurrido este tiempo, los servicios jurídicos de las empresas recurren. Y ganan.

"Asignatura pendiente"

"El problema de los contenedores es mi asignatura pendiente en esta concejalía, junto al tema de las cacas de los perritos", admitió Luis Molina. El edil reconoció que ha perdido decenas y decenas de recursos "porque las empresas tienen sus departamentos jurídicos y se defienden bien", pero explicó que ha dado instrucciones para evitar que esta tendencia se haga endémica. "Ahora, cuando observamos alguna irregularidad con un contenedor, se le envía un fax a la empresa y nos quedamos con el resguardo", reveló Molina. Y añadió: "Si pasan 24 horas y todo sigue igual, actuamos. Ese resguardo del fax nos debe servir para acreditar fehacientemente que la infracción se ha prolongado durante un día completo. De lo contrario, deberíamos ir pensando en modificar la ordenanza".La falta de pruebas ya le ha supuesto algún serio disgusto a la unidad recaudatoria municipal. Así ha sucedido, por ejemplo, con las multas de tráfico, hasta que el concejal del área, José Ignacio Echeverría, decidió a principios del año pasado que los agentes tomaran fotografías de los vehículos infractores.

En cuanto a los contenedores, Merino calcula que cada día se mueven unos 10.000 por las calles, y que los policías sólo sancionan uno de cada 500. Molina ha mantenido entrevistas con los empresarios del sector, que se quejan de que los particulares aprovechan sistemáticamente cualquier obra para llenar los contenedores de muebles. "Y ello a pesar de que en cada campaña trimestral de recogida de muebles viejos reunimos entre 700.000 y 800.000 kilos", apostilló.

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