El Gobierno considera la designación de Ternera un freno al proceso de paz

El Gobierno considera que la designación del etarra José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, como portavoz de Euskal Herritarrok (EH) en la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco supone un freno para el proceso de paz y demuestra que ETA no desea el diálogo para poner fin a la violencia en Euskadi. Así de rotundo se mostró ayer el ministro portavoz, Josep Piqué, para quien la presencia de Ternera en la comisión supone "una burla y una ofensa" a las instituciones democráticas por estar acusado de "delitos atroces".

"Las fuerzas democráticas", dijo Piqué tras la celebración del Consejo de Ministros, "no podemos aceptar que ETA entre en el debate político". La designación de Ternera para la Comisión de Derechos Humanos provocó ayer una cascada de reacciones, que fueron desde el rechazo e indignación de socialistas, PP e Izquierda Unida hasta las posturas enfrentadas que se produjeron en el seno del Partido Nacionalista Vasco. El presidente del principal partido vasco, Xabier Arzalluz, afirmó anoche que le parecía "estupenda" la presencia del antiguo dirigente etarra en la comisión porque supone un salto hacia la integración en las instituciones de los que hasta ahora han defendido la violencia. Sin embargo, el presidente del Parlamento vasco, el también peneuvista Juan María Atutxa, calificó de "sarcasmo intolerable" la presencia institucional de una persona acusada de "hechos sangrientos que todavía nos producen dolor". Atutxa recordó que el juzgado tiene la potestad de prohibir la asistencia de Ternera a las reuniones de la comisión. Por su parte, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba dijo que los representantes de su partido "nunca" se sentarán en una mesa con el etarra Josu Ternera, y "mucho menos" lo hará en la Comisión de Derechos Humanos. El colectivo de víctimas del terrorismo ha adoptado formalmente esa postura.