Fiscales y técnicos municipales denuncian que la desatención médica a niños 'ilegales' es frecuente
Los hijos de inmigrantes sin papeles ven denegada la asistencia sanitaria por carecer de cartilla
No son una excepción. Los 12 niños enfermos a los que el Insalud ha denegado asistencia sanitaria, según la Fiscalía de Madrid, por ser hijos de inmigrantes ilegales son el resultado de una práctica frecuente. Así lo sostienen técnicos sanitarios del Ayuntamiento, de los sindicatos UGT y CCOO y fuentes de la propia fiscalía, que ha amenazado con denunciar al Insalud si no cesa esta "vulneración de los derechos fundamentales del menor". Los pequeños ilegales, a juicio de estas fuentes, encuentran en su demanda de asistencia sanitaria todo tipo de escollos: desde la negación de medicamentos hasta la exigencia a sus padres de que paguen los servicios al crío. El Insalud afirmó no tener constancia de estas situaciones ilegales.
Cinco mil niños son atendidos por el Ayuntamiento de Madrid. En un 80% son hijos de inmigrantes ilegales y, por tanto, carecen de cartilla de la Seguridad Social. La cobertura municipal, de carácter primario, se les ofrece a través del Programa de Atención al Niño en Situación de Riesgo. Sólo en 1998 se acogieron a este servicio sanitario y social 1.841 niños nuevos, de los que 1.523 eran inmigrantes, en su mayoría ilegales. Este contingente conforma el mayor termómetro para medir, independientemente del Insalud, el trato que reciben los hijos de ilegales en su contacto con la sanidad pública. Y los resultados confirman las sospechas de la fiscalía.Tanto el responsable del departamento de Salud del Ayuntamiento, Antonio Prieto, como la jefa del Programa de Atención al Niño, María Teresa Benítez, reconocieron ayer a este periódico que, sin tratarse de una práctica universal, la asistencia en el Insalud de los niños sin papeles sigue siendo un "problema sin resolver". "La prueba es que existimos y damos asistencia sanitaria, cuando la cobertura deberían darla el Insalud y la Comunidad", señalaron.
Los escollos no se encuentran en las puertas de urgencias, donde a los niños siempre se les atiende, sino en el curso de la asistencia médica posterior, cuando surge una patología y el pequeño ha de ser recibido por un especialista o ser vigilado de forma prolongada. "Por ejemplo, cuando descubrimos que un niño tiene vegetaciones, una inflamación de garganta grave o una otitis, le tenemos que remitir a un especialista del Insalud para que le trate. Y entonces es cuando, me imagino que por ignorancia, se plantea el problema. Como carece de cartilla, pues se niegan a atenderle. Los inmigrantes vuelven aquí y piden auxilio al asistente social. Carezco de estadísticas, pero eso ocurre a menudo y es la queja más frecuente de nuestros pediatras", explicó Prieto.
Una vez constatada la desasistencia, la buena voluntad de los servicios municipales se convierte en la vía de resolución. "Hablamos con el especialista en cuestión o con algún otro e intentamos convencerle para que traten a los niños, o bien directamente les remitimos a hospitales concertados con nosotros, como el de San Rafael, donde se les ayuda altruistamente", afirmó Prieto.
La jefa del servicio de Atención a los Niños con Riesgos, María Teresa Benítez, amplió la explicación de su jefe y apuntó a problemas burocráticos. "Los hijos de inmigrantes sin documentación no reciben el mismo trato que los niños españoles. No es que estemos ante una denegación generalizada, pero sí ante una carrera de obstáculos. Como los pequeños carecen de cartillas, cada paso es un problema de asignación de pago", señaló Benítez. Entre las cortapisas que hallan esto niños destacan, a juicio de esta doctora, medidas tan intimidatorias como exigir a los padres del crío el pago del servicio sanitario prestado: "En algunos hospitales les obligan a firmar papeles y los padres se asustan porque carecen de medios".
En el mismo sentido se expresaron los otros dos termómetros de la inmigración en la capital: el centro guía de UGT y el de información para trabajadores emigrantes de CCOO. Estos espacios atienden a unos 15.000 inmigrantes al año, en su mayoría ilegales. "Aunque somos un centro sociolaboral, es muy frecuente encontrarnos con estos casos. Podría decir que todos los meses tenemos dos. Suelen ser extranjeros especialmente marginados que acuden al Insalud cuando la situación de sus hijos es desesperada", afirmó el director de servicios sociales de UGT de Madrid, Javier López. "Por supuesto que la discriminación es frecuente. A nuestro centro, aunque no es sanitario, llegan las quejas y tratamos de orientar lo mejor posible", dijo el miembro del comité estatal de CCOO Mohamed Aidour.
Inicio de la investigación
La Fiscalía de Madrid tiene constatados, de momento, 12 casos de niños con patologías a los que el Insalud ha puesto trabas para prestarles una adecuada atención sanitaria (véase EL PAÍS de ayer). "Pero hay muchos más", señalan fuentes de este departamento. La intervención del ministerio público arranca en otoño pasado, cuando el fiscal de Menores de Madrid, Félix Pantoja, tuvo conocimiento de que el Insalud no prestaba una asistencia adecuada a los hijos de inmigrantes ilegales. Esta información le fue facilitada en reuniones mantenidas con miembros de los servicios de asistencia municipal, pediatras y técnicos sociales. "Oiga", expuso un médico del Gregorio Marañón en una de estas entrevistas, "tengo a muchos niños extranjeros que estamos atendiendo como un acto de voluntarismo, pero no tienen ni cartilla ni nada". El fiscal, extrañado, les solicitó que le remitieran por escrito los casos concretos.El primer resultado fueron los 12 expedientes. Una de las trabas que ha puesto el Insalud para no facilitar una cartilla a estos niños es, según fuentes de la fiscalía, que carecen de domicilio. "Hay muchas fórmulas para esquivar ese escollo. A esos niños hay que regularizarles la situación, y si no es así, la fiscalía llevará al Insalud ante los juzgados de lo social", señalaron dichas fuentes.
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