Una 'canguro' confiesa haber matado a una niña en Londres

Louise Sullivan, una niñera australiana de 26 años acusada del asesinato de Caroline Jongen, el bebé de seis meses que cuidaba en el domicilio londinense de sus padres, se declaró ayer culpable de homicidio involuntario. La joven, que llegó de Sidney con un certificado para trabajar con niños y provista de buenas referencias, modificó su versión de los hechos poco antes de comparecer ante los jueces. Ahora admite haber sacudido a la pequeña con fuerza "cuando tuvo una convulsión al tomar el biberón". Puesta en libertad bajo fianza, será sentenciada dentro de dos semanas.La niñera vivía con la familia Jongen. Llegó a la casa el pasado abril, cuando la pequeña Caroline tenía un mes. El día de autos Louise llamó a de urgencias y la niña fue llevada inconsciente a un hospital. Según los médicos, había sido sacudida con tanta fuerza durante más de 10 segundos, que su cerebro sufrió daños irreparables. Falleció poco después en brazos de su madre. Si la cuidadora perdió la paciencia o la agitó porque estaba enfadada, es algo que no podrá saberse tal vez nunca, según la policía. Ella asegura que el bebé dejó de respirar y se asustó.

A diferencia de Louise Woodward, otra niñera británica acusada en EE UU de la muerte de Matthew Eappen, el bebé que tenía a su cargo, Sullivan había estudiado para ser niñera. La familia australiana con la que trabajó antes de viajar al Reino Unido guarda un excelente recuerdo. También la avalaron para que pudieran contratarla los Jongen.

Mientras los jueces deciden qué pasará con Louise Sullivan, las escuelas británicas de niñeras han advertido que resulta muy difícil evitar una tragedia de esa índole. Para ellas, lo mejor es entrenar a las aspirantes para que afronten una crisis de llanto del bebé sin perder la paciencia y ser presas del pánico.