La contaminación del río Vinalopó daña las Salinas de Santa Pola
La contaminación del pantano del río Vinalopó en Elche y el deficiente funcionamiento de una de sus compuertas reguladoras, que provoca numerosas fugas, amenaza la calidad de las aguas de las salinas de Santa Pola. La Junta Rectora de este paraje natural acordó ayer, en la primera reunión después de su constitución hace tres años, exigir a la Confederación Hidrográfica del Júcar que realice un estudio para determinar las actuaciones a llevar a cabo en el río para evitar que los vertidos contaminen las aguas. El informe técnico deberá determinar la cuantía económica de las obras y, sobre todo, la administración pública a la que corresponda su ejecución, ya que sobre el espacio afectado tienen competencias los ayuntamientos de Elche y Santa Pola, la Generalitat y el Gobierno central. Ricardo Jiménez, director general de Desarrollo Sostenible, aseguró, a instancia de los grupos conservacionistas, que la Dirección de Calidad realiza analíticas del agua de las salinas mensualmente, aunque durante la reunión de ayer no pudo precisar el resultado. El alcalde de Santa Pola y presidente de la Junta Rectora, Pascual Orts, del PP, quiso contrarrestar las críticas de los grupos ecologistas por la construcción, hace tiempo, de un parque de atracciones acuáticas a las puertas de las salinas. "Según el planeamiento urbanístico de 1985 ese suelo es urbano, y a veces no es fácil compatibilizar los usos del terreno, sobre todo en un municipio con un 70% del suelo protegible", señaló el primer edil. "Valoramos en su momento los pros y los contras", añadió, "y autorizamos el complejo lúdico porque creemos que su actividad no influye negativamente sobre el parque natural". El frágil entorno de las salinas está amenazado por numerosas obras agresivas con el medio ambiente. Al parque lúdico hay que añadir un vertedero de inertes, una zona residencial, un complejo deportivo y la carretera nacional 332, que divide en dos el paraje y que provoca cada año elevados índices de mortandad entre las colonias de aves y otros vertebrados. Las salinas acogen unos 15.000 ejemplares de aves, según el último censo.
