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Mar de fondo en el homenaje a Tarradellas

Las críticas a la decisión del alcalde de Barcelona, Joan Clos, por no haber consultado la construcción de un monumento dedicado a Josep Tarradellas sólo quedaron acalladas ayer por breves instantes durante la inauguración del monolito. Fue cuando Antònia Macià, viuda del ex presidente de la Generalitat, rompió a llorar al dar las gracias por el homenaje. El monolito municipal, obra del escultor Xavier Corberó, está situado en la confluencia de la avenida de Josep Tarradellas con la calle de Entença. Mide 21,5 metros y está construido en mármol blanco y basalto. El de ayer fue el primero de los actos que se celebrarán esta semana con motivo del centenario del nacimiento del ex presidente de la Generalitat, pero algunas ausencias subrayaron el mar de fondo político que suscita la celebración. Jordi Pujol no asistió al acto, por encontrarse en Madrid, ausencia que justificó al alcalde por medio de una carta. La Generalitat estuvo representada por el consejero de Cultura, Joan Maria Pujals. Tampoco acudieron el líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, ni representantes del PI, en desacuerdo con el proceder del alcalde. Sí asistió el candidato del PSC a la Presidencia de la Generalitat, Pasqual Maragall.

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