La Diputación alavesa permite construir un garaje sobre el estanque celtibérico hallado en Laguardia El yacimiento aporta pistas sobre las costumbres celtas y su asentamiento en La Rioja
Laguardia es una de las localidades vascas con mayor riqueza arqueológica en sus entrañas. El último hallazgo se encontró al iniciar la pasada primavera las obras de un aparcamiento subterráneo y una residencia. Se descubrió un estanque del siglo II antes de Cristo construido por los celtíberos, la única obra hidráulica de sus características encontrada en España. El material quedará documentado en un amplio informe arqueológico, pero el estanque será eliminado una vez que el departamento de Cultura de la Diputación de Álava ha autorizado a seguir adelante con el garaje.
En Laguardia queda patente la difícil convivencia entre la arqueología y la modernidad. Como todos los demás cascos históricos alaveses, el de la villa riojana está declarado de interés arquitectónico, de modo que antes de efectuar cualquier movimiento de tierra se exige un estudio que valore la importancia científica del lugar. El informe arqueológico encargado en el cerro de la Barbacana, lugar donde se ha localizado el yacimiento, remarca la "extraordinaria importancia" histórica del estanque por varias razones. Por un lado, ese pozo de unos 270 metros cuadrados de extensión ofrece evidencias de que los celtíberos sí sabían construir obras hidráulicas. Se desmonta así la teoría de que en aquella época sólo los romanos tenían conocimientos de ese tipo de ingeniería. La obra se realizó en varios momentos, incluso en cuatro fases. Además, el estanque rellena un hueco en la historia de la comarca: se desconocía dónde habían recalado los celtíberos después de abandonar el poblado de La Hoya. Ahora se ha demostrado que marcharon unos pocos kilómetros más al sur, a Laguardia. Abandonaron la llanura para subir a un cerro. Sin embargo, el alto valor científico del lugar choca con los intereses municipales. El Ayuntamiento lo considera crucial para el desarrollo futuro de la villa. Según su alcalde, Javier Sampedro, del Partido Popular, "no había otra zona para construir el aparcamiento y la residencia de ancianos. Es un solar muy importante porque se trata de la obra estrella de nuestra legislatura y ha estado parada más de medio año". El propio Sampedro ha presionado en los últimos meses pidiendo mayor rapidez en los trabajos de campo, que comenzaron en junio y por motivos metereológicos se alargaron hasta el 23 de diciembre. En la Barbacana se invertirán un total de 537 millones de pesetas. La obra se adjudicó a una unión temporal de tres empresas constructoras en abril del año pasado, con un plazo de ejecución previsto de siete meses. La Diputación Foral alavesa ha evaluado el interés científico del yacimiento arqueológico y, teniendo en cuenta todos los argumentos, ha decidido liberar la zona de cargas arqueológicas. Esto permitirá eliminar el estanque, aunque con la condición de que durante los 20 días que duren los trabajos de excavación, éstos deberán realicen "de forma manual" y ante la vigilancia de un arqueólogo. Ahora queda el último trámite: que el Gobierno vasco ratifique el informe foral. El propio diputado de Cultura, Mikel Mintegi, de Eusko Alkartasuna, mediará para que se agilice la gestión. Fuerte inversión Existe un motivo para que no se haya apostado por la protección del estanque y su entorno. "Es difícil conservarlo", asegura el arqueólogo Iñaki Pereda, jefe de la excavación, "porque los muros están construidos con tierra, y eso implicaría una inversión muy fuerte". Esa cuestión, posiblemente, ha pesado en la determinación final. El arqueólogo entiende que basta con disponer de la documentación para atestiguar la trascendencia del yacimiento y poder continuar las investigaciones posteriores: "Esto abre un horizonte importante. Revaloriza Laguardia como asentamiento celtibérico", sentencia. Pese a que la estructura completa no se podrá conservar, hay piezas sueltas que sí se mantendrán. Los expertos han encontrado torques (varillas metálicas que se enfundaban en el cuello), fíbulas (broches), mucho material cerámico, un regatón de una lanza, un cuchillo, bolas de cuentas... En las capas superiores también se han hallado objetos de etapas posteriores: había un taller medieval de fundición de campanas, del siglo XIV o XV. También se encontraron en el mismo lugar un aljibe y vestigios de una cárcel de principios de este siglo.
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