Los firmantes de Lizarra eluden la más mínima crítica al vandalismo callejero

Las formaciones firmantes del Pacto de Lizarra, que celebraron ayer en San Sebastián su tercera reunión plenaria, aprobaron el plan con el que pretenden divulgar "en privado" el pacto entre quienes no lo han firmado -partidos como el PP y el PSE y sindicatos como UGT y Comisiones-, pero eludieron hacer la más mínima mención crítica a los actos de violencia callejera, cuyo intenso rebrote en las últimas semanas ha creado los primeros episodios de tensión entre los partidos firmantes del acuerdo. Horas antes de la reunión hubo nuevos ataques vandálicos en Getxo y Rentería.El pleno decidió posponer este debate y cualquier posible pronunciamiento sobre la violencia callejera que practica el entorno proetarra a una próxima reunión de la comisión permanente del Foro de Lizarra, creada ayer mismo y en la que están representados los cuatro partidos firmantes (PNV, HB, IU y EA), los sindicatos ELA y LAB y organismos como las Gestoras pro Amnistía o Elkarri.

El organismo nacionalista sorteó así el primer obstáculo con que ha tropezado desde la firma del acuerdo el 12 de septiembre que abrió la puerta la tregua de ETA. Aunque el representante de IU-EB, Antton Karrera, propuso en la reunión preliminar que mantuvieron partidos y sindicatos un pronunciamiento del pleno, reconoció después que el cónclave había sido muy "positivo" y que "hoy no era el momento idóneo" para esta discusión.

En realidad, las formaciones que ahora integran la permanente ya habían consensuado el martes en Pamplona el plan para el semestre que ayer se aprobó, y habían decidido que la reunión de San Sebastián no debía ser el marco para debatir la violencia. "Todos sabemos que estos actos perturban y enmarañan la situación y que en el contexto actual están absolutamente de sobra y son políticamente utilizados por quienes brindarían porque Lizarra reventara", afirmó el portavoz del PNV, Joseba Egibar, tras el acto. Egibar, quien se mostró convencido de que el proceso de pacificación "va a ser largo, lleno de obstáculos", recalcó que "no se puede pretender que [el acuerdo] dé recetas concretas a situaciones coyunturales". El portavoz peneuvista recordó que el pacto firmado en Estella ya establece que la ausencia total de violencia sólo se dará en la "fase resolutiva" del diálogo, una vez superada la presente "fase inicial" de contactos bilaterales.

El portavoz de HB, Arnaldo Otegi, precisó que su formación no tiene ningún inconveniente en debatir "en profundidad y seriedad" sobre la violencia callejera. Según Otegi, a la coalición abertzale no le incomodan las peticiones de condena que se le hacen. "Lo que sí nos molesta", dijo, "es que la izquierda abertzale tenga que superar un test democrático que no se pide a otras fuerzas políticas". Añadió que no le parece serio que para obtener "el label [etiqueta] de sentido democrático" haya que entrar en una dinámica de condenas cuando a PP y PSE, que para él han conculcado derechos fundamentales, "nadie les tacha de antidemocráticos".

El dirigente de EA Rafael Larreina destacó que la reunión de ayer ha servido para que Lizarra pase del "plano declarativo" a ser un "foro operativo".

Populares y socialistas respondieron ayer mismo a la oferta de diálogo contenida en el plan aprobado. El secretario general del PP vasco, Carmelo Barrio, recalcó que "el único contacto que urge ahora es el del PNV y EA con Euskal Herritarrok para obligar a esta formación a condenar, de una vez, la violencia". La portavoz adjunta del PSE, Rosa Díez, asegura que su partido escuchará lo que se le plantee, pero la falta de condena de la violencia demuestra que hay "un gran déficit democrático en este acuerdo".