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Alemania, Francia y Japón estudiarán crear un sistema de tipos de cambio

Pilar Bonet

Alemania, Francia y Japón propusieron ayer el estudio de la creación de "un sistema de tipos de cambio" entre las principales monedas mundiales, es decir entre el euro, el dólar y el yen, para reducir su excesiva volatilidad.El sistema debería ser flexible para reflejar las circunstancias económicas de cada uno de los países miembros, según la propuesta presentada por los tres estados, miembros todos ellos del G-7, en el marco de la segunda reunión de ministros de Economía y Hacienda de Asia y Europa.

Los tres países reafirmaron su voluntad de vigilar las evoluciones de los tipos de interés y cooperar para actuar en los mercados cuando las circunstancias lo hagan necesario.

La reunión que comenzó ayer con asistencia de ministros de 25 países era la segunda en su género, después de la que se celebró en Bangkok en septiembre de 1997. La experiencia de la moneda única europea desde su lanzamiento y sus futuras relaciones con el dólar y el yen centraron el debate de ayer y la curiosidad de los ministros asiáticos, en detrimento de la crisis de Brasil, que, previsiblemente, será abordada hoy en profundidad. Pese al optimismo que mostraban medios alemanes sobre la acogida europea y oriental de la propuesta tripartita, tanto el ministro de Finanzas español, Rodrigo Rato, como el representante italiano, Carlo-Azeglio Ciampi, se negaron a comentarla, alegando en ambos casos que desconocían su enunciado.

"No se pueden eliminar las inestabilidades del mercado. Sería como querer eliminar la lluvia o la tempestad", manifestó Ciampi.

Evitar la especulación

La propuesta de Alemania, Francia y Japón se desdobló formalmente en dos iniciativas bilaterales -con la misma fórmula previamente pactada- que figuraban en sendos comunicados, uno germano-japonés, firmado por el ministro de Hacienda Oskar Lafontaine y su colega Kiichi Miyazawa, y otro franco-japonés, suscrito por el ministro de Hacienda Dominique Strauss-Kahn y Miyazawa.

Una flotación incontrolada de los tipos de cambio arroja a los países emergentes a "los desarrollos especulativos y en ocasiones irracionales de los mercados", dijo ayer Lafontaine. El ministro aclaró que "no se trata de bloquear el funcionamiento de los mercados financieros, sino de evitar consecuencias perjudiciales para todas las economías del mundo".

Lafontaine se pronuncio a favor de ayudar a las economías en crisis de Asia mediante un incremento de las importaciones, compartido por los Estados europeos. Lafontaine dijo que la capacidad de EEUU para incrementar sus importaciones parece agotada, después de que éstas hayan aumentado en 15.000 millones de euros en la primera mitad de 1998 en relación al mismo periodo del año anterior.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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