La apertura de la "pata sur", pendiente de la agenda de inauguraciones de las autoridades

La prolongación de la Ronda de Dalt hasta el aeropuerto de El Prat -el tramo conocido como pata sur- está prácticamente finalizada desde hace un mes. Ahora sólo falta que las autoridades competentes se pongan de acuerdo sobre la fecha en que ha de inaugurarse y en cuestión de días finalizará el asfaltado de 200 metros, la retirada de vallas, la limpieza de la calzada y el adecentamiento para su uso. La nueva carretera debería haberse inaugurado el pasado 28 de diciembre, pero finalmente se aplazó por "problemas de agenda" de las autoridades, tan frecuentes en vísperas preelectorales.

Mientras se resuelven estos problemas, la autopista A-16 no volverá a ser totalmente cerrada al tráfico para acometer el final de las obras de la pata sur. El Ministerio de Fomento se plegó ayer a las exigencias planteadas con insistencia desde las instituciones del Baix Llobregat -el Consejo Comarcal y los ayuntamientos afectados- para que la reanudación de las obras no comporte los mismos problemas circulatorios que obligaron a suspenderlas el pasado mes de diciembre. El acuerdo alcanzado establece que la autopista se mantendrá parcialmente abierta mientras duren los trabajos; si es necesario cerrarla, se hará por la noche. En cualquier caso, la nueva carretera no será inaugurada hasta el próximo mes de febrero. El acuerdo sellado por las administraciones locales, la Generalitat y la Delegación del Gobierno en Cataluña no señala ningún día para reanudar las obras, porque, entre otras cosas, se pretende hacer coincidir la inauguración de la carretera con algún hueco libre en la agenda del ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado. Y esto no será posible en lo que queda de mes. Todo apunta, por tanto, a que las obras no se realizarán hasta que pueda ser inaugurada. 200 metros de asfaltado Lo que sí se sabe es que los trabajos se alargarán durante una semana, que es el tiempo necesario para completar la conexión de la pata sur con la A-16. Apenas 200 metros de asfalto, en los que hay que ajustar la rasante y pintar y colocar las señalizaciones correspondientes. Durante ese tiempo, permanecerá abierto un carril de la autopista en cada sentido de la circulación. El compromiso alcanzado por las administraciones estatal y autonómica con el presidente del Consejo Comarcal del Baix Llobregat, José Luis Morlanes, y los alcaldes de Viladecans, Jaume Montfort; Sant Boi, Montserrat Gibert; Gavà, Dídac Pestaña, y El Prat, Lluís Tejedor, marca que el criterio que guiará la realización de las obras "será el de minimizar las molestias a los usuarios y la duración de las mismas". Tal y como reclamaban las administraciones locales, la reanudación de los trabajos irá acompañada de unas medidas alternativas para paliar los problemas circulatorios que en diciembre no fueron previstos. Una de estas medidas será la potenciación del transporte público mientras duren las obras. Por un lado, se ampliará la capacidad del servicio de cercanías de Renfe. Por otro, la Entidad Metropolitana del Transporte ampliará la oferta de autobuses. Asimismo, y antes de que se dé inicio a las obras, los responsables de la Demarcación de Carreteras del Estado en Cataluña consensuarán con la Generalitat y los ayuntamientos la señalización vertical informativa y se realizará una campaña de información pública, de forma que los usuarios de la A-16 conozcan los itinerarios alternativos, básicamente la autovía de Castelldefels, y las ofertas de transporte público. La necesidad de una mejor planificación también había sido planteada por los ayuntamientos, que en diciembre se quejaron de haber sido informados del cierre de la A-16 sólo un día hábil antes de que se ejecutase. Este último retraso en la construcción de la pata sur, que enlazará las rondas de Barcelona con la A-16 y el aeropuerto, no es significativo si se tiene en cuenta que se trata de una carretera prevista para ejecutarse en 1992. Las obras han requerido una inversión de 10.000 millones de pesetas.