La Universidad de Navarra abre el primer museo de ciencias naturales de la Comunidad Foral con las donaciones recibidas
La Universidad de Navarra presentó ayer el primer Museo de Ciencias Naturales de la Comunidad foral. Un nuevo espacio didáctico y científico que, paradójicamente, tiene más de cien años de existencia. Y es que una buena parte de los materiales que a partir de ahora podrá contemplar el público pertenecen a la colección centenaria que en 1989 legó la orden de los padres Capuchinos de Lekarotz a la institución universitaria, tras el cierre del prestigioso colegio ubicado en el valle de Baztán. Ahora, tras diez años de trabajos de recuperación de miles de esas piezas por parte del personal del departamento de Zoología y Ecología, dirigido por Rafael Jordana, el Museo de Ciencias Naturales engloba las miles de especies animales procedentes de todos los rincones del mundo recogidas desde 1891, así como los fondos propios procedentes del museo de Zoología de la facultad y las colecciones particulares donadas a la universidad por el arquitecto madrileño José del Río (3.500 piezas con 2.500 especies diferentes de moluscos gasterópodos marinos) y Jaime Anfruns, procedentes en este último caso (una gran colección de mariposas tropicales) de la colección del cubano Gómez Bustillo, considerado una autoridad mundial en el género Ornithoptera. La Universidad ha distribuido el centenar de vitrinas que componen el museo en las cinco plantas del edificio de Ciencias, al que cualquier visitante tiene acceso libre para conocer las colecciones y cuyos propios profesores se convertirán en guías de las visitas escolares que se concierten. "Su valor científico es indudable", señaló el doctor Rafael Jordana, "así como el valor didáctico que el museo desea alcanzar para toda la sociedad". El nuevo Museo de Ciencias Naturales alberga también una sección de geología con más de 2.100 piezas minerales, rocas y fósiles. Toda una planta está destinada a la aves, otra para la observación de reptiles, anfibios, insectos, crustáceos y peces, y una planta más para los mamíferos, una de las más espectaculares al encontrarse en ella los cuerpos disecados de animales hoy en día fuertemente protegidos pero antaño objeto de una caza libre como el oso bezudo, el lobo, el quebrantahuesos, la gacela dorcas, el perezoso o el armadillo. Piezas hoy en día de muy difícil observación directa, llegadas a Lekarotz a través de los años desde las misiones capuchinas de todo el mundo, que el Gobierno de Navarra no quiso recibir cuando adquirió las instalaciones del colegio y que ahora vuelven a ser exhibidas al público tras ser restauradas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.