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La mujer que mató a su nieto escribió que lo hizo porque se lo iban a quitar

Joaquina Gordo, la mujer de 61 años que mató el pasado lunes de tres puñaladas a su nieto, de dos años y con síndrome de Down, dejó escrita una nota en la que explicaba que no tenía más remedio que matarle porque se lo iban a quitar, según explicó ayer en un comunicado la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Tras el crimen, la mujer, que padecía fuertes depresiones y tenía sus facultades mentales perturbadas, según declaró su hija a la policía, llegó a comentar a una vecina que acababa de matar al niño porque era lo mejor para él. Luego trató de suicidarse y se clavó en el cuello y en el tórax el cuchillo de cocina, de 11 centímetros de hoja, con el que había matado a su nieto.La mujer había cuidado del pequeño Alejandro hasta el pasado mes de septiembre, cuando sus padres decidieron llevarlo a una guardería de la localidad de Pinto debido a la enfermedad que padecía Joaquina.

El pasado lunes, los padres del niño optaron por no llevar al niño a la escuela infantil debido a que tenía fiebre y lo dejaron con Joaquina. A lo largo de la mañana, los padres llamaron por teléfono a la casa para preguntar cómo se encontraba el chico. La mujer aseguró que estaba bien. En sus respuestas no intuyeron ningún comportamiento extraño.

Nota manuscrita

Para la policía, la nota manuscrita de la abuela "aclara el lamentable y triste suceso", que fue descubierto por los vecinos al oír gritos en la planta tercera del número 3 del pasaje de Carena, donde vivían la abuela y su marido desde hace 40 años.Águeda, una vecina de la cuarta planta, entró en la casa de Joaquina al escuchar los gritos de la mujer. Allí la descubrió con una herida en el cuello y un cuchillo en la mano. Tras arrebatarle el cuchillo, la vecina avisó al servicio de emergencia del 061. Una UVI móvil del Insalud acudió a la casa y la trasladó al hospital Gregorio Marañón.

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía descubrieron al pequeño Alejandro ensangrentado sobre la cama de una habitación. El niño, que iba a cumplir tres años en abril, tenía tres heridas incisocortantes en el tórax, a la altura del corazón, y varios cortes en el cuello.

La nota manuscrita fue encontrada en una estantería durante la inspección de la vivienda. El arma homicida se hallaba en la repisa del lavabo, donde la dejó la vecina, con la hoja doblada.

El pequeño Alejandro fue incinerado ayer en el cementerio de la Almudena. Al tiempo, Joaquina Gordo abandonaba la UCI del hospital Gregorio Marañón y era trasladada a una habitación del centro sanitario.

Anoche se encontraba en situación hemodinámica estable y su pronóstico era menos grave. El servicio psiquiátrico del hospital Gregorio Marañón atenderá a la anciana en cuanto mejore de la herida que ella misma se ocasionó.

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