De nada valen

De nada valen campañas de consejerías sociales, ministerios y demás organismos públicos. Tampoco sirven las conferencias, charlas, coloquios, seminarios, tesis doctorales, ni siquiera hacemos caso de los hechos, tan perversamente tercos en ocasiones. Mientras los sumos sacerdotes de la moda continúen imponiendo su obscena dictadura de la extrema delgadez en el mundo de la opulencia y los medios de comunicación se obstinen en elevar a la categoría de divinidad a las modelos más angulosas, mientras los publicistas sigan eligiendo a estas mujeres famélicas para ser referencia y horizonte siniestro, mientras las revistas sigan haciendo reportajes a todo color y toda vergüenza de las modelos más cadavéricas con el árbol de Navidad al fondo, y mientras todos, en fin, sigamos permitiendo que el negocio de la anorexia glamourosa continúe moviendo billones.Mientras todo esto suceda, siempre habrá en la realidad niñas, y ahora también niños, que quieran verse reflejados en esas imágenes tan distorsionadas. La realidad de los hospitales y las familias rotas, la realidad que no da bien frente a la cámara.-