La exportación valenciana reduce en seis puntos su peso en España en poco más de una década

El comercio exterior, motor tradicional de la economía valenciana, ha perdido terreno en España. A pesar de su buen comportamiento, la exportación de la Comunidad ha perdido desde 1986 hasta ahora peso específico en el conjunto estatal. El informe económico de la Generalitat atribuye este retroceso, cifrado en seis puntos, a la mayor apertura externa de otras autonomías españolas. El crecimiento de las importaciones y el moderado aumento de las exportaciones anuncian un recorte del saldo de la balanza comercial valenciana en los próximos meses.

El avance del informe anual sobre la economía valenciana, que elabora la Generalitat, destaca el "vigor económico" de la Comunidad durante el pasado año, gracias a la demanda interna y a pesar de la externa. La exportación valenciana, que inició su definitivo despegue a finales de 1996, moderó a mediados de 1997 su progresión y redujo su participación al crecimiento de la demanda. La inversión tomó entonces el testigo como motor del crecimiento económico valenciano y así continúa. De hecho, la industria y la construcción han sido los sectores de mayor crecimiento durante 1998. El informe abunda en la pérdida de protagonismo del comercio exterior en el crecimiento de la economía valenciana. La exportación creció en los cinco primeros meses del año pasado un 5% frente al 16% de incremento que registró en el mismo periodo del año anterior. Las ventas valencianas crecieron además un punto y medio por debajo de las españolas. Las importaciones aumentaron en el citado periodo (enero-mayo) casi un 17%, lo que recortó la tasa de cobertura valenciano hasta el 140%. Desde principios de 1995 no se había registrado un incremento tan espectacular de las compras al exterior. La Comunidad importó accesorios de coches, vehículos y carburantes y los países de procedencia fueron EE UU e Italia. Un análisis de la balanza comercial valenciana a largo plazo arroja, sin embargo, un retroceso en el ámbito estatal. Si en 1986 las exportaciones valencianas representaron cerca del 19% del total, a finales de 1997 esta participación se redujo hasta el 13,4%, indica el informe. Esta pérdida de peso relativo en España se produce porque la exportación valenciana ha crecido a un ritmo inferior al registrado por otras autonomías. A pesar de todo, la Comunidad Valenciana es, después de Cataluña, la autonomía más exportadora del país. En cuanto a su evolución sectorial, los productos agrícolas representan el 21% de la exportación total valenciana, mientras los industriales absorben el 79% restante. El informe pronostica una pérdida del sector agrícola en favor del industrial. En este último capítulo destacan el dinamismo exportador de la industria papelera y de artes gráficas y del sector azulejero. El informe se refiere también al gasto familiar. Según la Generalitat, tanto el consumo duradero financiado como el de contado se han contraído un 5% y un 6%, respectivamente. El consumo privado crece por debajo del Producto Interior Bruto lo que, a juicio de la Generalitat, aleja posibles tensiones inflacionistas. Mucho dentro, poco fuera La inversión se ha disparado en un 30%, sobre todo en el sector industrial. En cuanto a la inversión valenciana en el exterior, ésta representaba en el primer trimestre de 1998 el 1,79% de la realizada por toda España. Durante este periodo, la Comunidad invirtió cerca de 9.000 millones de pesetas en otros países frente al medio billón invertido por España. Por último, la evolución del sector financiero valenciano presenta algunos contrastes. Cajas de ahorro y bancos registraron en marzo del año pasado leves pérdidas en la captación de depósitos debido al descenso de los tipos de interés y a la rentabilidad de otros productos financieros existentes en el mercado. Los únicos actores financieros que mejoraron su posición en el conjunto de la Comunidad fueron las cooperativas de crédito. En cuanto al crédito, los bancos aventajaron a las cajas en inversión crediticia. Éstos aglutinaban, de hecho, el 46%, frente al 44% de las cajas y el 8,8% de las cooperativas de crédito.