Matanzas espectáculo
A lo largo de los últimos meses hemos hallado en los medios de comunicación de Castilla y León informaciones y fotografías de las matanzas de cerdos llevadas a cabo en diversas localidades de esta comunidad, acompañadas de degustaciones de productos del animal, pastas, orujo, etcétera. Creo que a estas alturas todos estaremos de acuerdo en que si hay algo por lo que brillan los dirigentes que padecemos, o al menos la inmensa mayoría de ellos, es por la miseria de su coeficiente intelectual o por la penuria de sus capacidades de innovación y originalidad. A falta de ellas se limitan a imitar lo que ven, aunque se trate de lo más cutre y espeso que pueda ofrecerse a nuestros ojos. Cuando se trata de embrutecer al respetable, todo vale.
Todos, o casi todos, estamos dispuestos a admitir hoy día que la muerte de los animales con cuyos productos nos nutrimos o nos vestimos es algo inevitable. Todos también, o casi todos, estamos de acuerdo en que debe evitarse a estos animales de consumo, tanto en su crianza como en su transporte y sacrificio, todo el sufrimiento posible. Así al menos se piensa en las sociedades civilizadas, entre las cuales, por lo visto, y según dice la tele, nos contamos.
Por eso, hacer de tales sacrificios un motivo más de diversión, un espectáculo lúdico y público en el que no se ahorra al animal brutalidad ni dolor alguno, nos parece intolerable, de pésimo gusto y que degrada como seres humanos tanto a quienes lo organizan como a aquellos que se avienen a contemplarlo.
Por otra parte, el artículo 6 de la Ley 5/1997, del 24 de abril, de la Junta de Castilla y León, dice textualmente: "Se prohíbe la utilización de animales vivos en espectáculos, peleas, fiestas y otras actividades que impliquen tortura, sufrimiento, crueldad o maltrato, o hacerlos objeto de tratamientos antinaturales". Esta comunidad fue la última de España en promulgar una ley de defensa de los animales y, por lo que se ve, casi tres años después de su promulgación continúa sin ser cumplida.- Asociación Cultural Esllabón Lleonesista.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.