Marín insinúa que Alemania conspira contra Bruselas para pagar menos
El vicepresidente de la Comisión Europea, el español Manuel Marín, arremetió ayer contra Alemania al insinuar que ese país está detrás de una conspiración contra el Ejecutivo comunitario. El objetivo alemán sería ganar argumentos para reducir su contribución a las arcas comunitarias extendiendo la sensación de que gastar dinero en Bruselas es tirarlo. Por primera vez desde que estalló la crisis, Marín se planteó ayer su dimisión como miembro de la Comisión.
En declaraciones a Iñaki Gabilondo, director del programa Hoy por hoy, de la cadena SER, Manuel Marín reconoció, una vez más, que en 1993 un funcionario de la Comisión Europea "se fabricó una serie de contratos a su favor" aprovechando las dificultades de control existentes en la oficina humanitaria, en plena movilización por la guerra en la ex Yugoslavia. "Se cometieron muchas improvisaciones, y estoy dispuesto a asumirlo", declaró Marín. "Si se me planteara ese debate en seco, yo lo asumiría, y al límite, si eso tiene que ser objeto de una advertencia del Consejo de Ministros, o marcharme a casa, lo asumo...", agregó el vicepresidente de la Comisión. Pero "lo que no asumo es que se utilice para ocultar en realidad el hecho de que hay quienes quieren reducir su participación en el presupuesto comunitario", añadió, en inequívoca referencia a Alemania y, en parte, a Holanda.
"En el trasfondo está el problema financiero, pero eso no se dice, porque la campaña electoral no empieza hasta abril o mayo", señala el vicepresidente de la Comisión en otro momento. "A Santer lo brutalizaron ayer porque hay un grupo mediático muy bien formado y se ha descubierto que uno estaba financiado por un grupo financiero", denuncia. "Quieren cobrarse la cabeza de Santer, la mía, la de Cresson; en total, seis comisarios", afirma también. "Después de haber estado 14 años aquí, me niego a seguir cuatro o cinco meses más, hasta la cumbre de junio, sufriendo un calvario. Si eso genera tener que dimitir de la Comisión..., pues me lo voy a plantear tranquilamente", reflexiona el comisario europeo ante Iñaki Gabilondo.
Marín no hizo ayer más que decir en público lo que muchos en Bruselas sólo están dispuestos a afirmar en privado: que la puritana campaña emprendida por el Parlamento Europeo con la inestimable ayuda de una serie de medios informativos centroeuropeos favorece, por encima de todo, los intereses de Alemania. Para muchos "no es una casualidad que sean alemanes, lo mismo socialistas que conservadores o verdes, quienes lideran las posiciones más radicales del Parlamento".
Por ejemplo, el líder de los socialcristianos alemanes en la Eurocámara, Ingo Friedrich, afirma abiertamente esta semana en la revista germana Focus, una de las más activas en denunciar los fraudes de Bruselas: "Estamos más decididos que nunca a pedir la dimisión de los dos comisarios socialistas más implicados; a saber, Manuel Marín y Édith Cresson. Si el canciller federal Gerhard Schröder desea realmente una reducción de la contribución neta de Alemania haría bien en exigir la dimisión de esos dos comisarios". Más claro, agua.
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