España no dejará que funcione el embalse portugués de Alqueva hasta conocer su impacto en el Guadiana
El Gobierno español no autorizará que entre en servicio la presa portuguesa de Alqueva -la segunda más grande que se construye en Europa-, hasta que no se conozca en detalle su impacto en el estuario del Guadiana por Ayamonte (Huelva). Fuentes del Ministerio de Medio Ambiente precisan que el convenio firmado hace poco más de un mes con Portugal, sobre el aprovechamiento de las aguas fluviales comunes, exige que los estudios para hacer otras dos nuevas presas finalicen antes de dos años. Sus resultados condicionarán la entrada en servicio de Alqueva, cuyas aguas anegarán un territorio de 250 kilómetros cuadrados, 35 de ellos en territorio extremeño. Las gigantescas dimensiones de este embalse y su efecto barrera en la corriente de sedimentos fluviales se estima que provocarán un descenso en la aportación de nutrientes fundamentales para salvaguardar los recursos pesqueros y marisquería del estuario del Guadiana, la erosión en las playas que podría afectar hasta Doñana y la intrusión de agua marina.
En ese contexto, el convenio ha previsto la construcción del contraembalse abierto de Pomarão, aguas abajo de Alqueva, con la misión de aportar los caudales de agua dulce que necesite el estuario para que no se altere el equilibrio de su ecosistema, cuando comience a operar Alqueva, embalse que los portugueses pretenden destinar al desarrollo agrario y turístico de su zona meridional.
La segunda nueva presa se sitúa en el río Erjas, afluente por la margen derecha del Tajo en la frontera con Portugal. Este embalse se situará en un entorno completamente diferente y su construcción ya se sugería en los tratados firmados por Franco y Salazar en los años setenta, cuando se abordó el aprovechamiento hidroeléctrico conjunto de los ríos Duero y Tajo en sus tramos fronterizos.
En la parte española de este último río, Iberdrola explota los embalses de Alcántara (3.160 millones de metros cúbicos de capacidad) y Cedillo (260 millones). El estudio de la nueva presa en el tramo internacional del Erjas completaría el aprovechamiento hidroeléctrico del caudal fluvial en una zona pedregosa de pizarras, alejada de núcleos de población. Su construcción, según fuentes de la Confederación Hidrográfica del Tajo, resolvería los problemas que actualmente se plantean en la coordinación de las necesidades de turbinado para suministrar energía a las redes de electricidad de España y Portugal.
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