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La ONU retira a su personal del centro de Angola tras el derribo de dos de sus aviones

Se acabó la endeble paz en Angola y las dos partes en conflicto no quieren que Naciones Unidas sea testigo de sus combates. El sábado un misil de largo alcance derribó al segundo avión de esta organización en una semana. A bordo iban ocho personas, entre ellas un estadounidense, cuya suerte se desconoce. La Misión de Observación de Naciones Unidas para Angola decidió ayer evacuar a su personal de la zona centro del país, donde los combates se han recrudecido en este mes. Otro avión de la ONU evacuó ayer a cuatro familias portuguesas de Huambo, ciudad sitiada por UNITA.

La ONU ya no va a seguir exponiendo a su personal en la zona central de Angola. El derribo del segundo avión de Naciones Unidas en algo más de una semana, que se produjo el sábado, ha irritado al secretario general de la ONU, Kofi Annan, y ha provocado la decisión de evacuar a todo su personal de la sitiada ciudad de Huambo. Según las informaciones gubernamentales, el avión Hércules C-130, fletado por la ONU a la compañía surafricana Transafrik, fue derribado por los misiles de los guerrilleros de la Unidad Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) el sábado a las tres de la tarde, hora local, a 80 kilómetros al noroeste de Huambo.A bordo del C-130 iban cuatro angoleños, un estadounidense, un namibio y dos filipinos. El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha pedido a la ONU que tome "medidas severas" contra la guerrilla, supuesta responsable del ataque.

Issa Diallo, responsable de la Misión de Observación de la ONU para Angola (MONUA), dijo ayer que no comprendía qué estaba pasando. "El sábado salieron de Huambo tres aviones del Programa Mundial de Alimentos, dos gubernamentales, todos con permiso, y cuando despega el de Naciones Unidas es derribado", explicó Diallo. Una fuente militar de MONUA calificó la agresión como "provocación abierta".

Éste es el segundo ataque a aviones de la ONU. El anterior se produjo el pasado 26 de diciembre y no se ha autorizado a la ONU para que busque a posibles supervivientes. De hecho, existe confusión al respecto, ya que el Gobierno angoleño asegura que UNITA mantiene retenidos a varios supervivientes del accidente. Sin embargo, el secretario general de la guerrilla, Paulo Lukamba-Gato, niega que eso sea cierto y asegura que lo que ha hecho su formación es derribar un Mig-23 del Ejército, extremo negado también por fuentes oficiales.

Ruptura del pacto de 1994

Las dos partes en conflicto están utilizando la información para sus propios fines en lo que es la confirmación de la ruptura de los acuerdos de paz firmados en 1994.

El sábado, el día del derribo, las Fuerzas Armadas angoleñas reconquistaron las ciudades de Vila Nova (este) y Embase (noreste), cercanas a Huambo, donde la guerrilla sigue manteniendo aislada a la población. En total, se calcula que en la zona centro de Angola hay, en estos momentos, unos 300.000 refugiados que huyen de los combates.

El Gobierno asegura que ha acabado con la vida de 731 guerrilleros en el último mes y que ha capturado a tres oficiales del grupo liderado por Jonas Savimbi. UNITA no ha confirmado esta información y mantiene bajo su control la región central del país. A pesar de las reiteradas llamadas al diálogo hechas por Kofi Annan, ambas partes se han negado a iniciar un proceso de diálogo e incluso han calificado los intentos de mediación de Naciones Unidas de "injerencia extranjera", como hizo hace unos días el presidente angoleño. UNITA tampoco reconoce la labor humanitaria de MONUA porque los alimentos que lleva a la zona "elevan la moral del Ejército".

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