Aznalcóllar, Acerinox y los incendios de Galicia y Cataluña
La catástrofe en España tiene este año el nombre de Aznalcóllar. Una balsa de las minas que la empresa Boliden-Apirsa tiene en esta localidad sevillana se quebró el 25 de abril y derramó 5 millones de metros cúbicos de vertido tóxico, que arrasó a su paso 4.800 hectáreas de cultivos, envenenó 20 kilómetros del cauce del Guadiamar y amenazó el Parque de Doñana.Los lodos contaminados dejaron su huella en suelos y plantas y se llevaron por delante 20 toneladas de aves y peces. Regenerar la zona devastada costará treinta años y más de 30.000 millones de pesetas. José Larios, dirigente de Los Verdes de esta comunidad elevó ayer el coste del mayor desastre ecológico de España a 150.000 millones, informa Europa Press.
El 30 de mayo la planta que Acerinox tiene en Algeciras (Cádiz) sufrió una fuga radiactiva de cesio-137. La nube tóxica fue detectada en Francia, Italia, Alemania y Suiza.
A pesar de estas dos catástrofes, y de los incendios que este año golpearon Cataluña y Galicia y en cuyas tareas de extinción murió una persona, los desastres no han segado tantas vidas como los dos anteriores.
86 personas murieron en 1996 sólo en la riada que arrasó un camping en Biescas (Huesca). Y en 1997 también el agua dejó 24 cadáveres en Badajoz (Extremadura).
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