El Parlament aprueba la ley de acompañamiento de los presupuestos en una sesión tensa e incierta

La incertidumbre sobre el adelanto electoral provocó ayer que el pleno del Parlament convocado in extremis para aprobar el proyecto de ley de acompañamiento de los presupuestos para 1999 registrara una fuerte tensión. La oposición acudió convencida de que se trataba de la última sesión de la legislatura y soliviantada por el hecho de que el pleno hubiera sido convocado sin respetar los plazos previstos en el reglamento. Por ello, PSC e IC anunciaron que pedirán el amparo del Tribunal Constitucional. A medida sesión, los diputados supieron que Pujol había decidido agotar la legislatura.

La oposición acusó a la coalición de gobierno, CiU, y a su líder, Jordi Pujol, de "abuso y menosprecio" del Parlament por convocar un pleno sin respetar los plazos previstos en el reglamento de la Cámara y poder así aprobar la ley de acompañamiento de los presupuestos antes de fin de año, después de que el Consejo Consultivo le obligara a modificar cuatro puntos del proyecto de ley por inconstitucionales. El PSC e Iniciativa habían impugnado la convocatoria del pleno, pero la Mesa del Parlament rechazó por la mañana su pretensión de que fuera desconvocado. En este clima de tensión se inició la sesión a las 16.00 horas. La mayoría formada por CiU y el PP permitió que fueran rechazadas las enmiendas a la totalidad presentadas por el PSC, IC y ERC. Posteriormente comenzó el debate sobre el articulado de la ley, cuyo contenido modifica hasta 25 leyes diferentes, hecho que ha sido duramente criticado por la oposición. El consejero de Economía, Artur Mas, fue el encargado de defender el proyecto en el hemiciclo. Intereses partidistas En el debate, el socialista Joaquim Nadal acusó al Ejecutivo de Pujol de "haber hecho cosas impropias de un Gobierno" al convocar el pleno del Parlament a las 24 horas de recibirse el dictamen sobre la ley y sin dar siquiera tiempo a la oposición a conocer las enmiendas presentadas por los distintos grupos en relación a los puntos que debían modificarse. "Ustedes han abusado de este Parlamento y han reducido de forma ilegítima su capacidad como poder legislativo, creando además inseguridad jurídica", dijo Nadal. Ribó acusó a Pujol de haber empujado a su grupo "a violentar el reglamento por intereses partidistas" y "poner así un triste final a la legislatura". Pero la legislatura no acaba ahí. Pujol había repetido en varias ocasiones que no anunciaría la fecha de las elecciones catalanas hasta que estuvieran aprobados los presupuestos de 1999 y su ley de acompañamiento. La aprobación de esta última se había retrasado dos semanas porque el PSC e IC-EV habían pedido un dictamen del Consejo Consultivo de la Generalitat para que se pronunciara sobre la constitucionalidad de la ley. Finalmente, el órgano consultivo entregó el pasado martes su resolución e, inmediatamente, se convocó el pleno con la doble incógnita de cuándo anunciaría Pujol la convocatoria y cuándo se celebrarían las elecciones. Poco después de las 20.00 horas, la Cámara se quedó semivacía, ya que incluso los diputados de CiU abandonaron el hemiciclo para seguir la conferencia de prensa que Pujol había convocado por sorpresa en el Palau de la Generalitat. A través de las cámaras se enteraron de que las elecciones no serían en marzo, como insistentemente se había especulado en las últimas semanas, sino en otoño. Tras casi dos años de dudas, Pujol había decidido agotar la legislatura.