Los restos arqueológicos de la iglesia más antigua de Madrid se expondrán bajo una mampara de cristal

A finales de octubre, los arqueólogos que trabajaban al lado de los técnicos municipales en las obras de mejora de la calle Mayor dieron con los restos de la iglesia más antigua de Madrid, la de Santa María de la Almudena, en un callejón del mismo nombre. El rincón es uno de los que encierra más historia madrileña: en el siglo VII se erigió una iglesia visigoda; en el VIII, una mezquita; en el siglo XI se volvió a levantar una iglesia que se transformó en el siglo XVII. Los vestigios que han aparecido -y que además de conservarse se podrán observar gracias a la mampara de cristal que se instalará encima- pertenecen al siglo XII, XVII y XVIII. En concreto son parte del ábside y de un antiguo panteón. "Los huesos de los cadáveres fueron trasladados hace muchos años", aseguró un técnico.

La Empresa Municipal de la Vivienda (EMV), organismo que se encarga de llevar a cabo las obras de mejora de la calle Mayor, además de colocar la mampara de cristal, instalará un adorno muy especial: la estatua de un vecino curioso que se asoma a ver los restos arqueológicos (cuyo boceto se puede apreciar junto a la fotografía que acompaña esta información). Pertenece al tipo de esculturas que últimamente levanta la EMV en las calles: gente común haciendo cosas corrientes. Además de la estatua y de la mampara, el Ayuntamiento colocará un panel explicativo y una barandilla para que los curiosos vean lo que se construía en la calle de la Almudena hace más de 800 años. Los técnicos de la EMV calculan que todo estará terminado en febrero. El alcalde, José María Álvarez del Manzano, visitó ayer las obras.