Ordinales
¡Qué nos han hecho nuestros ordinales, tan hermosos y sonoros ellos, para que los olvidemos y despreciemos? ¿Por qué los maltratamos como hacemos, por cierto, con nuestra rica lengua? ¿No habrá nadie con autoridad suficiente que diga a los redactores de los medios de comunicación y a otras muchas personas obligadas a hablar que escriban bien nuestra lengua, que no hemos celebrado el veinte aniversario de la Constitución ni el cincuenta de la Declaración de los Derechos Humanos, sino el vigésimo y el quincuagésimo, respectivamente?- .
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