Tikrit, una ciudad prohibida
, Tikrit, la cuna del régimen de Irak y lugar de nacimiento del presidente Sadam Husein, se ha convertido en una ciudad prohibida. La localidad se encuentra cerrada a la prensa internacional después de que sufriera importantes daños el primer día de ataques angloestadounidenses. En esta región han quedado destrozados un buen número de instalaciones militares y civiles sin que se pueda, por el momento, conocer exactamente los daños o víctimas. "El paso por Tikrit no le está permitido, tiene usted que dar un rodeo", aseguraba ayer un guía del Ministerio de la Comunicación a un periodista extranjero que trataba de cruzar con su automóvil por el centro de esta ciudad -140 kilómetros al norte de Bagdad-, camino de Mosul, situada 260 kilómetros más al norte.Las palabras del guía no eran información, sino más bien una taxativa orden, recibida a su vez por la superioridad que ha sometido a un cerco informativo la ciudad más emblemática del régimen.
Las operaciones de castigo de los misiles nortamericanos y británicos se centraron, al parecer, preferentemente en el palacio presidencial de Sadam Husein, una verdadera ciudad amurallada a espaldas del Tikrit tradicional, y en la que hay todo tipo de lujos y lugares de recreo, incluidas tiendas de moda, almacenes de alimentos, hoteles y un gran lago artificial.
Pero, además del palacio, los aviones bombardearon un número considerable de cuarteles, situados al pie de la carretera, en el norte de la ciudad, muy cerca del acceso a la autopista que conduce hacia Mosul. La operación militar supuso también la destrucción de un convoy de camiones del Ejército cuando al parecer se disponían a transportar tropas hacia la frontera.
La maniobra militar alcanzó por error unos almacenes de arroz, donde se había acumulado gran cantidad de este alimento destinado a la región del norte y que había sido transportada allí en días anteriores por organizaciones humanitarias.
Sin embargo, los ataques parecen no haber afectado a la gran refinería de petróleo de Beiji, cercana, y que junto con las plantas de Basora y de Dora, en Bagdad, constituyen los tres centros de tratamiento de crudo más importantes del país. Los aviones nortamericanos y británicos aparentemente decidieron obviar este objetivo de Beiji, así como una docena de grandes instalaciones militares anexas entre las que se encuentran dos acuartelamientos de blindados, que vistos ayer desde la carretera parecían intactos.
Los militares iraquíes parecen haber salvado una parte importante de su Ejército, entre otras razones gracias a una política de dispersión de las tropas por todo el territorio, evitando la concentración de hombres y de armamento.
La estrategia de protección llevó incluso a los mandos militares iraquíes a ordenar que se enterraran los blindados, que ayer por la mañana se desperezaban con la salida del sol, saliendo poco a poco como si fueran topos, de debajo de la tierra.
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