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Delicias gastronómicas en el hospital

,Sopa de mariscos. Lomitos de merluza al vino blanco. Menestra imperial. Helado. Dulces navideños. Y... ¿de beber? Agua; eso sí. Total: 1.625 pesetas. ¿Alguien es capaz de ofrecer más, en una Nochebuena, a tan módico precio? Seguramente no. Pues esto no es todo, porque el Hospital Virgen Macarena de Sevilla -que es quien ofrece estos menús a sus enfermos para alegrarles el paladar en estas fiestas-, propone similares medicinas, por esa misma y módica cantidad, (que nadie paga, por supuesto), para los días de Navidad, Noche Vieja y Año Nuevo. Unos platos que según la jefa del Servicio de Hostelería, Ofelia Mora, se encarecen un 25% sobre el precio habitual de 1.300 pesetas, que es la media calculada por la administración del hospital para todo el año. Metidos ya en harina, el día 25, los pacientes a los que su salud se lo permita podrán degustar en el almuerzo, entre otras delicias, fideuá valenciana y chuletas de ternera de Ávila en salsa española. Y la última noche del año, les alegrará el cuerpo un Salmón noruego en salsas a la crema, y Panaché de verduras. Pero, si aún les supo a poco la cena, el menú del mediodía, del primer día del año, será de rechupete; más exquisito, imposible: Cóctel de mariscos, solomillo ibérico al aroma de Jabugo y patatas a la inglesa; todo esto rociado con agua, como es lógico. Y de postre: crema catalana. Para el día de Reyes se anuncia un desayuno que les endulzará algo más la vida: chocolate y pastelería fina de la casa; es decir, de la cocina del hospital, que es donde se afanan estos días más de 150 personas en controlar hasta el último detalle para que no falte de nada en los menús navideños. "¿Menús, menús? Servimos unos 25 distintos cada día", comenta Ofelia Mora, que lleva más de 20 años dirigiendo la intendencia alimentaria, en distintos hospitales de Sevilla. Está el menú normal, que representa el 48% de las más de 1.000 raciones que se sirven a diario, en cada comida. "Aunque en los días de Navidad no llegan a 800, porque todo aquél que puede pide el alta para irse a su casa", explica Ofelia. Y están, también, por citar a algunas dietas de las muchas que la Unidad de Nutrición propone cada día, en función de la especifidad de los enfermos ingresados, la dieta blanda estricta, la semilíquida, la triturada, la astringente o la diabética; la hipercalórica, la anticoagulante o la infantil. El jefe de cocina, Arturo Ríos, 23 años entre fogones, pondrá a esta comida "más y mejores ingredientes y mucha más dedicación". Ríos, que como Mora, considera que el Virgen Macarena es el hospital sevillano por excelencia, tiene un afición un tanto extraña: "Podría anunciarlo como mi especialidad: me encanta adornar los platos", dice. Con todo, y entre plato y plato, los más mimados estos días, en el hospital, serán los niños. Hay unos cuarenta que no han podido recibir el alta, y para ellos serán los bombones, los helados y pasteles especiales, un roscón y los juguetes del día de Reyes... "En ocasiones como ésta tenemos que esmerarnos mucho más", recalca Ríos. También por los demás enfermos se hacen esfuerzos extras para que al menos, en sus circunstancias, les sea más llevadera la Navidad. Las bandejas con dulces, preparadas según la enfermedad que padece cada uno, contribuyen a conseguirlo. En el casi medio siglo que suman Mora y Ríos trabajando entre los fogones hospitalarios, las cosas han cambiado mucho. "Ahora se le da una importancia a la alimentación que antes no tenía". Para la población en general, Ofelia Mora y Arturo Ríos recomiendan "comer de todo y bueno, degustarlo y, luego, reposarlo".

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