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Rusia reitera que pagará su deuda exterior pese a la amenaza de brutal recesión

El primer ministro ruso, Yevgueni Primakov, reiteró ayer la disposición de Rusia a pagar la deuda exterior, pese a los negros augurios y la previsión de una recesión y una reducción del producto interior bruto (PIB) del 8% para el año próximo. "No hemos anunciado suspensión de pagos y no lo haremos; hemos cancelado y seguiremos cancelando nuestras deudas", aseguró. Sin embargo, Rusia no ha logrado hasta el momento convencer a la mayoría de sus acreedores del Club de Londres (al que pertenecen 400 bancos) para que acepten su plan de reestructuración. La deuda estatal rusa es mayor que su PIB, según reconoció ayer el ministro de Finanzas, Mijaíl Zadórnov.Rusia ha pedido al Club de Londres la reestructuración de más de 51.200 millones de pesetas que debe pagar a finales de diciembre, pero por el momento sólo ha obtenido el acuerdo de los representantes del 72% de esa cantidad, cuando necesita el 95%. Este mes, Moscú debería pagar casi 102.500 millones de pesetas al Club de Londres, deuda que había solicitado convertir en bonos del Banco de Economía Exterior.

La deuda estatal rusa alcanza el 120% del PIB, dijo ayer Zadórnov ante el Comité de Presupuesto del Consejo de la Federación, la Cámara alta rusa. "Hay que tomar medidas urgentes para evitar que Rusia se vea estrangulada por la deuda", señaló, agregando que habrá que destinar un 27% de los gastos presupuestarios a pagar los intereses. Este año, cerca del 30% de los gastos presupuestarios correspondieron al servicio de la deuda.

El proyecto de presupuesto para 1999, el más espartano de los años de reforma, establece una drástica disminución del gasto público, con un déficit de sólo el 2,53% del PIB. A pesar de su dureza, lo más probable es que sea aprobado en primera lectura mañana, cuando se discuta en la Duma Estatal o Cámara baja.

No obstante la voluntad de apoyar el nuevo presupuesto en líneas generales, son muchos los que piensan que los índices en los que éste se basa no son realistas y no podrán mantenerse. Así, se prevé una inflación del 30% anual, pero, tomando en cuenta que en el primer tercio de diciembre fue del 2,5%, la meta propuesta parece imposible de alcanzar. También es dudoso que el dólar no sobrepase un cambio de 21,5 rublos, dada la situación económica actual.

Entre los que consideran estos índices poco realistas figura el Fondo Monetario Internacional, que en sus pronósticos calcula la caída del PIB el año próximo en el 8,3% y la inflación en un 56%.

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