"La economía andaluza tiene que mirar más hacia el exterior para reducir el paro"
JOSÉ VALLÉS FERRERCATEDRÁTICO DE POLÍTICA ECONÓMICA Es un apasionado defensor de la integración europea y sus estudios analizan cómo encajar las instituciones regionales en el entramado comunitario. Vallés Ferrer apuesta por ordenar el territorio en torno a áreas metropolitanas y reivindica el papel protagonista de la industria en el modelo de desarrollo andaluz que, sostiene, debe ser conducido por la sociedad civil.Pregunta. Los indicadores muestran una economía en expansión y, sin embargo, la tasa de paro andaluza apenas baja del 30%. El argumento oficial es que la población activa ha aumentado también espectacularmente, ¿le vale esta explicación? Respuesta. Yo me atrevería a romper la tendencia de justificar la insensibilidad en la reducción de la tasa de paro por motivaciones demográficas, que son ciertas. Pienso que tener una tasa de reproducción alta es bueno -la tasa de reproducción de la economía andaluza es cuatro veces la de la economía nacio-nal-. Para mí, esto es una fortaleza no una debilidad. Yo voy a ir a factores reales: la globalización exige que las empresas y los empresarios andaluces ganen productividad. Nuestra productividad estaba en un nivel inferior, es decir, que muchas veces estamos alimentando el crecimiento económico con ganancias de productividad, no con incremento de empleo. No es una justificación, es una etapa histórica por la que hay que pasar. La economía andaluza ahora está cerrando esa debilidad, está aumentando la productividad. Pero la relación crecimiento-empleo sigue siendo más pequeña en Andalucía que en España. Un ejemplo: en 1997, el Reino de España, con una crecimiento en la economía del 3,4% genera un 3% de empleo, más del 85%. En cambio, Andalucía con un punto más de crecimiento, un 4,5%, tenemos un incremento del empleo del 3,2%, lo que nos dice que nuestra elasticidad está en torno a un 70%. Y eso que la elasticidad española tampoco es para tirar cohetes. P. ¿Cómo se puede superar esa deficiencia? R. No hay más posibilidad que tener un crecimiento diferencial, al menos un punto por encima del español, sostenible, de calidad y fundamentalmente extravertido. Con tasas de crecimiento al 4,5% no vamos a tener más convergencia real, no vamos a cerrar la brecha del desempleo. P. La Junta apuesta por reducir la jornada laboral para crear empleo... R. Yo milito y trabajo desde la óptica socialdemócrata, pero creo que las políticas de reparto del trabajo por ley no serían la solución. ¡Cómo el textil andaluz puede ser receptor de este tipo de política, cuando no es competitivo y acaba de reconvertirse! Tengo dudas de que en sectores industriales, como astilleros, la química y la petroquímica, o agroalimentarios, sea conveniente aplicar esta medida por ley. En sectores emergentes o en el turismo, quizá, pero, en todo caso, tiene que salir del acuerdo entre sindicatos y empresarios. No de una norma. P. Ha hablado de un crecimiento diferencial, ¿cómo alcanzarlo? R. La economía andaluza tiene que cambiar su modelo, tiene que mirar más hacia el exterior. Tenemos una extraversión muy pequeña. Voy a poner la antítesis: Las exportaciones andaluzas, incluido el resto del país, suponen un 9% de las españolas, para un territorio y una población del 17%. En cambio el peso de las exportaciones catalanas es del 27% para un territorio y una población muy inferior. La divergencia de la economía andaluza es muy grande: el Producto Interior Bruto por habitante está en el 72% de la media española y la renta disponible por habitante está en el 81%. Nuestra demanda agregada interna es muy débil y retroalimenta la debilidad de la economía. El crecimiento no puede ser endogámico, tiene que alimentarse de fuera. P. ¿Qué sectores deben impulsar ese crecimiento diferencial? R. La economía andaluza tiene fortalezas en algunos sectores, que implican reformas estructurales no sólo del Gobierno andaluz, también del Gobierno central. Tenemos por ejemplo, una fortaleza y una debilidad en Medio Ambiente. El empleo en este sector está a la mitad de la media europea. Pues ahí hay una debilidad y también una fortaleza por ser una oportunidad. También hay grandes oportunidades en las energías renovables que implicarían reformas legislativas. O aprovechar, por ejemplo, que las rentas altas europeas demandan agricultura ecológica. La economía social -iniciativas microeconómicas que aprovechen tradiciones, consumos, culturas- tiene potencialidades que permitirían ir sacando a flote la economía sumergida. Pero el motor de la economía, como en el núcleo duro de Europa, debe ser el sector industrial. P. ¿El turismo y la agricultura no desempeñan ese papel? R. Yo, desde luego, prefiero Nueva York al norte de África. Matizo: también me gustaría que el norte de África se pareciera más a Nueva York. Creo que el gran reto, llenar de convergencia real la economía al final del proceso de transiciones hacia el euro, debe pasar por una apuesta por el sector industrial. En este tema sé que voy contracorriente: con la terciarización no vamos a conseguir crecer lo suficiente para reducir el paro. Andalucía tiene un papel que cumplir en las comunicaciones, en las telecomunicaciones, electrónica, robótica, óptica, en la industria sanitaria... P. ¿Por dónde empezaría la reindustrialización de la economía? R. Primero, hay que ampliar el plan andaluz de investigación y desarrollo tecnológico. Ahí hay que gastar más dinero, hay que orientarlo a la investigación aplicada. Luego, hay que potenciar la sociedad civil. En Europa, el Estado del Bienestar ya supone el 45% de la economía. Por ahí no hay políticas de crecimiento, hay políticas de eficiencia, de disminución de costes, de mejora y consolidación, pero no de expansión. Las empresas tienen que tener una dimensión mayor. Esto no es una frase: en este momento no hay más de diez empresas andaluzas que coticen en Bolsa en Madrid. Si le pido extraversión al sistema económico se lo estoy pidiendo a la empresa. He defendido en el foro que esa extraversión no se dirija sólo a la economía europea, también a la americana. No nos olvidemos que en este momento en Estados Unidos hay 20 millones de personas que hablan castellano. Los empresarios andaluces deben centrarse en tres grandes mercados: la Unión Europea, incluidos los países del Este, el norte de África y América.
"Creciendo al 4,5% no hay convergencia real, no cerramos la brecha del desempleo"
José Vallés Ferrer. (Torrellas de Foix, Barcelona, 1942). Dirige el departamento de Economía Aplicada III en la Hispalense y fue concejal del Ayuntamiento de Sevilla bajo el mandato de Manuel del Valle (PSOE).
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