Contra la guerra
Ante la trágica e inesperada noticia que ha supuesto para todos el bombardeo a Irak por la fuerza aérea de Estados Unidos: 1.En los últimos años venía registrándose un trabajoso avance de una perspectiva humanitaria en el enfoque de los conflictos internacionales de la más diversa índole. El acuerdo de creación de un Tribunal Penal Internacional es el mejor ejemplo de esta orientación positiva. Y no es casual que la principal oposición a dicho acuerdo haya venido del Gobierno norteamericano, puesto que el nuevo orden mundial no debe consistir en el monopolio de la fuerza para una gran potencia, sino en la configuración de un orden jurídico mundial apoyado por el mayor número de poblaciones y Estados.
2.La resolución pacífica de los conflictos constituye una de las claves de dicho avance. La intervención armada unilateral de Estados Unidos y Gran Bretaña, sin mandato alguno, representa de este modo un regreso a la política de fuerza en las relacione sinternacionales que de golpe echa por tierra todo lo anterior.
3.Por añadidura, al mismo tiempo que Estados Unidos asume un papel inaceptable de intérprete del derecho internacional y de ejecutor por la fuerza de sus normas, siempre de acuerdo con su exclusivo interés como gran potencia sin competidor alguno, la forma en que ha tenido lugar la intervención militar sobre Irak viola de nuevo la norma y el espíritu de las relaciones internacionales. La justificación de que un ataque por sorpresa es más eficaz tiene su antecedente en Pearl Harbor, no en la Carta de las Naciones Unidas.
4.En cuanto a la postura del Gobierno espñol, se ha perdido una nueva ocasión de actuar de acuerdo con la necesaria autonomía que debe caracterizar las decisiones de un Estado soberano y con una perspectiva auténticamente europea. El Gobierno de Aznar no sólo apoya dicha intervención, sino que la justifica farisaicamente al declarar que lamenta su necesidad y llega a proclamarse solidario del pueblo iraquí que va a recibir los bombardeos.
5.Como conclusión, tanto a nivel internacional como español, la crisis pone de manifiesto la insuficiencia de los recursos democráticos para traducir en hechos lo que es una orientación mayoritaria en nuestra sociedad y la exigencia de una oposición terminante a ésta o a cualquier otra utilización de la guerra para resolver los conflictos en el seno de la comunidad internacional.- y 26 firmas más, miembros del claustro de la Facultad de Políticas de la Universidad Complutense. .
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