Con la soga al cuello
La que pudiera ser última representación de danza contemporánea en la tradicional Sala Olimpia de Lavapiés, fue una producción de estimable empaque y mucha seriedad. Provisional Danza, con el paso del tiempo, ha enriquecido su proceso de concepción del espectáculo y ya elude cualquier provisionalidad en escena.
Irreverente quietud es una obra triste, llena de un tempo denso y difícil para el espectador y donde la coreógrafa vuelca una vez más un cúmulo de obsesiones fácilmente calificables de más tenebrosas que tenebristas; no hay ni un ápice de humor, ni de sensualidad ni de respiro holgado sino, por el contrario, una acumulación de horrores y de circunstancias dramáticas resueltas sobre la angustia, el dolor casi físico de lo que no se puede manejar y un instinto que interioriza a toda costa y en todo momento. El resultado de tal tendencia más que experimento constituye un espacio difícilmente habitable, y es así que las cuatro bailarinas optan por un suicidio colectivo mediante la horca al final de la noche.
Provisional Danza
Óscar Sanromán: pinchazo hondo y media (ovación y salida al tercio); pinchazo, media, descabello -aviso- y tres descabellos (ovación y salida al tercio); pinchazo, bajonazo, otro pinchazo, metisaca, bajonazo y descabello (silencio). Alfredo Gutiérrez: estocada y descabello (aplausos y salida al tercio); estocada desprendida (silencio). "El Juli": estocada (dos orejas); estocada desprendida (silencio). Monumental Plaza México. Séptima corrida de la temporada grande 98-99. Más de tres cuartos de entrada.
Irreverente quietud
Coreografía: Carmen Werner. Música: Pedro Navarrete, Arvo Part, y otros. Espacio escénico y luces: Carlos Marquerie. Vestuario Toñi Urbina Ciclo Danza en diciembre Teatro Olimpia. Madrid, 20 de diciembre. .
Todos los artistas participantes están bien preparados en cuanto a su despliegue de energía corporal y a la dinámica que exige el material coreográfico, pero hay demasiadas referencias y cercanías a la estética de Carolyn Carlson (escenario con trigo, collage musical, los vestidos, el uso del agua) y sobre ello hay un problema que puede juzgarse de estrictamente técnico y coréutico: se trata de la hilatura interna de los hallazgos de taller.
Bailar resulta un arte complicadísimo en que a veces más que el paso en su momento final interesa por los entrepasos. El entrepaso es el eje de una buena danza, los tránsitos, el sistema de cohesión entre pequeñas estructuras circulares, y en ello reside en gran parte el trabajo de creación. A veces se les llama entrefrases, pero llámesele como se le llame, esto es el defecto principal del trabajo de Werner, que por otra parte sí ha ganado desechando el fácil efectismo por el riesgo verdadero.
Babelia
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