Dos mausoleos romanos, únicos en España, se suman a la oferta cultural de Córdoba Los restos datan del siglo I de esta era

Un espacio arqueológico se suma a los atractivos históricos de Córdoba desde ayer: dos mausoleos romanos, únicos en España, que recuerdan los monumentos funerarios del emperador Augusto y Cecilia Metella, en Roma. Un grupo de alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras se encarga de explicar a los numerosos visitantes las singularidades de estos restos, que están datados en el segundo cuarto del siglo I de la presente era.

El arqueólogo municipal Juan Murillo es muy claro a la hora de definir el recinto: "De este tipo no hay ninguno conocido en España por el momento. No se puede decir que es excepcional porque el subsuelo está lleno de sorpresas. Nosotros pensábamos que teníamos uno y ahora tenemos dos", añade. En efecto, cuando en 1993 el entonces gobierno municipal de IU encargó unas catas arqueológicas, previas a la construcción de un aparcamiento subterráneo en el paseo de la Victoria, se advirtió de que el interés del yacimiento descubierto desaconsejaba la continuación de dicho proyecto. En ese momento, en 1995, se inician los trabajos para su recuperación e integración en su espacio urbano, apareciendo además en 1996 el segundo mausoleo, la calzada romana que comunicaba Córdoba con Sevilla y la cimentación de algunas viviendas. El alcalde de Córdoba, Rafael Merino (PP), ha adelantado que este recinto será desde ahora difundido por el Ayuntamiento tanto a los cordobeses como a los turistas. "Creo que llegará el momento en que éste sea uno de los monumentos más visitados de la ciudad por su ubicación", añadió. "Excepcional" Juan Murillo califica estos enterramientos de "sensacionales" ya que "responden a un tipo absolutamente excepcional en la península ibérica de mausoleo circular, y que debieron corresponder a uno de los personajes más importantes de la sociedad cordobesa de la época". Junto a estos monumentos funerarios se ha pretendido dar una visión de lo que es esa constante superposición de trazas y de elementos en la historia de una ciudad bimilenaria como Córdoba. Por esta razón, se ha dejado la huella de un barrio residencial que hubo junto a los mausoleos desde finales del siglo I hasta el siglo IV como muestra de la expansión urbana de la ciudad hacia poniente bajo el mandato de los emperadores flavios. Lo excavado demuestra la presencia de viviendas y tabernas. Justo entre los dos mausoleos, grandes lozas de piedra componen un resto bien conservado de la calzada que iba de la colonia patricia cordobesa hasta Hispalis por la margen derecha del Guadalquivir. En el primer tramo de la misma se formó una amplia necrópolis que en tiempo de Augusto y de sus sucesores experimentó un notable proceso de monumentalización como es el caso de los ahora descubiertos. Entre los problemas surgidos para su recuperación, señala el arqueólogo municipal, está que "los restos conservados de la decoración y revestimiento son desgraciadamente escasos aunque suficientes para la restitución del volumen y de la forma del monumento". El arquitecto Arturo Ramírez ha mimado la reconstrucción, ya que "este tipo de monumentos funerarios son específicos de Roma y de la Italia central respondiendo al modelo del propio mausoleo del emperador Augusto en Roma, que responde a este tipo aunque a una escala sobredimensionada, y así es difícil que en España se construyesen enterramientos como estos". El entorno de este yacimiento arqueológico se ha ambientado con una vegetación acorde a la época del monumento. Así, abundante tomillo y romero perfuma el recinto mientras que entre los árboles están el laurel y el ciprés, "siempre tan asociado a la imagen romana de la ruina arqueológica", afirma Juan Murillo. El Ayuntamiento de Córdoba ha invertido más de 100 millones en estos trabajos que, junto a la integración en su entorno urbano, persiguen facilitar la interpretación del monumento mediante la reconstrucción de sus volúmenes y la restitución de los elementos arquitectónicos en su posición original.