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BOMBARDEO EN IRAK

El ataque reactualiza el debate sobre la irrelevancia de la ONU

El efecto de la crisis de Irak en la sede de Naciones Unidas en Nueva York está siendo el de poner de relieve las diferencias entre las grandes potencias que siguen sin resolverse desde la guerra fría. Además, se está demostrando una vez más cómo los intereses del organismo internacional que dirige Kofi Annan no son los mismos, en momentos críticos como éste, que los que Bill Clinton considera desde Washington.

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Otro punto de la fuerte discordia actual gira en torno a la figura de Richard Butler, el jefe de inspectores de la Unscom. El Consejo de Seguridad, que todavía no ha emitido ningún mensaje unánime desde el inicio de la crisis, seguía reunido ayer.Ya ha trascendido que Clinton y su círculo de asesores conocían los contenidos del informe de Butler desde el fin de semana, dos o tres días antes de que el documento de condena a Irak se presentara formalmente al Consejo de Seguridad, lo cual habría dado un tiempo de análisis y reacción a ese órgano ejecutivo de la ONU.

Rusia exige ahora la dimisión de Butler, por ese gesto y por haber evacuado, por decisión unilateral, a los inspectores de Unscom el miércoles en previsión del bombardeo. Una cosa es que Estados Unidos ignore a la ONU, y otra, protestan Rusia y China, es que lo haga el propio Butler, abusando de la autoridad que le ha sido delegada.

El Consejo de Seguridad es el máximo órgano de la ONU, encargado de velar por la paz y la seguridad internacional y emitir resoluciones que son el máximo decreto ejecutivo de la organización. Una muestra de respeto hacia este órgano, opuesta al gesto de Butler, la ha dado estos días el propio Kofi Annan, al negarse a ordenar en un primer momento la evacuación de Bagdad del personal de ayuda humanitaria de Naciones Unidas -un centenar de personas- que hasta ayer no se trasladó a la capital jordana. Annan, que ha expresado abiertamente su frustración, consideró que tal gesto de abandono de la política de conciliación habría sido injustificable ante Irak.

Aparte de la crisis de Irak, estos días el Consejo tiene que seguir cumpliendo como puede su agenda normal, que el mismo jueves incluía por ejemplo la prórroga hasta el 31 de enero de 1999 del mandato de la Misión de Naciones Unidas sobre el Referéndum en el Sáhara Occidental.

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El embajador de China se ha sumado al ruso en la condena rotunda del ataque anglo-norteamericano. Kenia también pidió el alto el fuego inmediato. Costa Rica y Brasil, aunque no pueden incluirse en este grupo, sí han dicho que el ataque fue injusto y que la vía diplomática no se había agotado.

Ley internacional

Francia permanece en una posición intermedia, criticando el ataque pero reconociendo que Irak debe plegarse de una vez por todas a la ley internacional. A esta postura están cercanos también los embajadores de Portugal y Suecia. Japón respalda sin reservas la actuación de Londres y Washington.El jueves, acosado por las críticas en torno a su informe, un Richard Butler más arisco que nunca respondía con crudeza a las preguntas de la prensa internacional. "No sé qué significa esa pregunta", dijo cuando se cuestionó la viabilidad de Unscom después de la actual operación militar. Butler negó ayer que hubiese ayudado a EEUU y que fuera a renunciar a su cargo.

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