Libros de texto

Señorías, con todos mis respetos, digo yo: ¿y a ustedes qué les importa si soy pobre o no? Acabo de ver por televisión a destacados miembros del PP, CiU y PNV respondiendo a los periodistas sobre la, rechazada por estos grupos, iniciativa legislativa popular por la gratuidad de los libros de texto, y en sus contestaciones ligaban esta demanda con cosas tales como la declaración de la renta, con los recursos suficientes o no de las familias, que si para los pobres ya se mirará algo... ¡Que no, señorías, que no se enteran!, que la gratuidad de los libros de texto es un derecho que nos reconoce nuestra Constitución en su artículo 27.4: "La enseñanza básica es obligatoria y gratuita", y no dice nada de si para que así sea los padres y madres de los niños, sujetos del derecho, han de ser ricos o pobres. Los niños y niñas que viven en nuestro país, todos ellos, son ricos porque son niños. Son, en su conjunto, el tesoro de esta sociedad, y no conviene hacerles notar, significarles, si proceden de alta cuna o de baja cama para regalarles los libros de texto de una u otra manera.Un derecho, señorías, que reconoce nuestra Constitución, digo yo, ha de interpretarse en un sentido amplio, y ustedes, en este caso, con la salida que le han dado al tema de la creación de una subcomisión, o no sé qué, para darnos largas, ya, en el mejor de los casos, van de rebajas. ¿Por qué precisamente es para educación donde andan ustedes con ruindades semejantes?

Como ya sé cuáles son los grupos políticos que nos niegan ese derecho, y dado que mi nombre está entre esas 600.000 firmas recogidas por la CEAPA, espero que no se les ocurra dirigirse a mí, como de costumbre, para pedirme su voto en las próximas elecciones. Ahí les espero.

Lamento no poderles dar las gracias, señorías, por los servicios prestados.-