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Decenas de miles de niños sufren malos tratos y abusos sexuales en los orfanatos de Rusia

La organización Human Rights Watch denuncia en un informe el horror de los centros estatales

Los orfanatos rusos son auténticas casas de tortura para decenas de miles de niños a los que se somete a "malos tratos y abusos sexuales". La organización Human Rights Watch hizo público ayer un informe en el que denuncia estos internados del horror. En Rusia hay 200.000 niños recluidos en orfanatos estatales, 30.000 de los cuales malviven en centros que son "poco menos que cárceles" , según el documento, que incluye fotos escalofriantes en las que se retrata a niños atados o abandonados medio desnudos. El 95% de los menores internados han sido abandonados por sus progenitores.

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"Cuando era pequeña, Svetlana Petrovna me metía la cabeza en el váter y me pegaba por detrás, y en los muslos y en los brazos", recuerda Kirina G., de 15 años, al comentar a un equipo de Human Rights Watch su experiencia en un orfanato ruso. Según Kirina, otras seis o siete empleadas maltrataban a los niños igual que Petrovna. Ya con nueve años cumplidos dejaron de pegarle en las manos, pero el trato se embrutecía y con frecuencia se encontraba con una zapatilla estampada en sus labios.El informe Abandonados al Estado: crueldad y desidia en los orfanatos rusos, de 213 páginas y publicado ayer por esa organización independiente norteamericana tras más de año de investigación por internados infantiles rusos, es absolutamente devastador. Anatoly Serveny, presidente de la Asociación Independiente de Psiquiatras y Psicólogos Infantiles de Moscú, considera que debe hablarse más de "campos de la muerte" que de orfanatos, puesto que muchos de los recién nacidos que van a parar a una de las 252 dom rebyonka (casas infantiles) existentes en Rusia no alcanzan la edad adulta. "Los huérfanos pueden ser metidos en sacos, atados por una pierna a los muebles y a veces abandonados medio desnudos en su propio excremento", asegura el informe. También ofrece casos de niños encerrados en habitáculos sin luz ni calefacción en mitad del invierno, carentes de medicinas y muchos de ellos con signos de violencia aún marcados en sus débiles cuerpos.

El informe destaca que por muy grave que sea la crisis económica rusa no existe justificación alguna para mantener los orfanatos en ese estado de abandono. Con los mismos, o incluso con menos, fondos podría atenderse de forma adecuada a estos niños.

La raíz del problema hay que buscarla en prejuicios ancestrales. El 95% de los más de 200.000 niños rusos internados en centros estatales tienen vivo a alguno de sus progenitores, pero han sido abandonados bien por presentar alguna malformación física o psíquica, bien porque son hijos de familias con problemas crónicos sociales, financieros o de salud, incluido el alcoholismo. Estos niños son considerados "defectuosos" y para sus cuidadores merecen menos respeto que un animal.

Aún más sangrante es la existencia en unos centros de habitaciones especiales donde están confinados los infantes que presentan alguna malformación física o psíquica.Son una especie de prisiones para locos, tontos y deformes en las que habitan actualmente 30.000 niños rusos, algunos con defectos mínimos. Otros llegan a estos centros como castigo por haberse escapado de los orfanatos en que vivían, una práctica que recuerda a la Unión Soviética y su empeño por encerrar en manicomios a los disidentes políticos.

La sociedad tradicional rusa muestra un rechazo evidente hacia los "malnacidos". Incluso en los mismos hospitales en los que se da a luz, médicos y enfermeras recomiendan a las madres que abandonen al recién nacido con síndrome de Down o con un retraso evidente. En la denominada "habitación de los tumbados", los niños vegetan mal alimentados y mal aseados hasta que cumplen los cuatro años y les llega la prueba definitiva. Entonces se decide si son dignos de ser educados o si pasan a ser recluidos de por vida en los llamados internados psiconeurológicos.

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