1.000 suicidas, 3.000 delincuentes y 6.000 sin techo

Unos 15.000 niños abandonan cada año de los internados estatales que los albergan, según datos de la Fiscalía General rusa. Este órgano señala, además, que pasado un quinquenio, 1.000 se han suicidado, 3.000 han engrosado las filas de la delincuencia juvenil, 6.000 están sin techo y 5.000 tratan de encontrar trabajo.En numerosas entrevistas a los menores internados y a niños que han logrado salir de su encierro, el informe señala que se quejan no sólo del maltrato físico sino de las humillaciones públicas y de la tortura psicológica utilizada con ellos como método de castigo.

Es habitual ordenar al niño que se desnude delante de sus compañeros y dejarle así delante de una ventana abierta por la que entra un frío polar, para escarnio y escarmiento suyo y de sus compañeros.

Yevgueni Rybinsky, director del Instituto para los problemas de la Infancia, dijo ayer que la causa del abandono creciente de niños se debe al deterioro del nivel de vida en Rusia. Rybinsky, que en ningún momento se refirió a la situación de los orfanatos, hizo un llamamiento para que aumente el número de éstos y se utilicen albergues militares y escuelas religiosas para recoger a los niños de la calle.

Soluciones más humanas

Kathleen Hunt, la autora del informe de Human Rights Watch, sostiene, por el contrario, que debe de reducirse el número de orfanatos y centros de internamiento infantil y buscar soluciones más humanas dentro del seno de familias que pueden acoger, con una ayuda económica a los niños.Hunt hace hincapié en que no existe vínculo alguno entre el abuso que se comete en los orfanatos y la crisis económica rusa. Arremete contra los ministerios de Sanidad, Educación y Trabajo y Desarrollo Social, que son los que administran las instituciones para niños abandonados y pide una reforma completa de éstos, empezando por el respeto a los derechos humanos básicos de los niños.

Hunt señala que la prioridad para el cambio debe de ser la educación de médicos y enfermeras, de manera que dejen de pedir a las madres que acaban de dar a luz, que abandonen a sus hijos con deformaciones para que los atienda el Estado en los centros de reclusión.

El informe escarba en la historia y en la situación económica, social y cultural de Rusia para encontrar las causas que han provocado que hoy en día haya en este país más de 600.000 niños abandonados. Un tercio de ellos trata de sobrevivir en las instituciones estatales, otros muchos deambulan por refugios y albergues, pueblan las calles o están bajo custodia policial. La cifra es alarmante si se tiene en cuenta que en los dos último

s años se han abandonado casi el doble de niños que en 1992. Entonces y según datos oficiales, fueron privados del calor familiar 67.286 infantes, mientras que tanto en 1996 como en 1997 el número de niños abandonados ascendió a 113.000.