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BOMBARDEO EN IRAK

La mayoría republicana del Congreso decide un "breve aplazamiento" del 'impeachment'

La mayoría republicana de la Cámara de Representantes decidió esta madrugada un "breve aplazamiento" de la sesión plenaria consagrada al impeachment de Bill Clinton convocada para hoy. Antes del comienzo de la operación Zorro del Desierto, Henry Hyde, presidente del comité de Asuntos Judiciales, que acusa a Clinton de cuatro delitos en el caso Lewinsky, había declarado: "Sería horrible que votáramos el impeachment del presidente durante un bombardeo de Irak". Pero muchos republicanos se opusieron al aplazamiento por sospechar que ese es el objetivo de Zorro del Desierto. Los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes, terminaron adoptando una solución de compromiso.

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La solución elegida es un aplazamiento de "pocos días", hasta el próximo fin de semana o, si el ataque contra Irak no ha terminado aún, la semana próxima. Los republicanos adoptaron esa medida, informó Bob Livinsgton, su nuevo líder en la Cámara, para apoyar a "los soldados norteamericanos", que no al presidente, en su acción contra Sadam. Horas antes, en las vísperas de la operación militar, Livingston y Richard Gephardt, líder demócrata en la Cámara, habían acordado proponer a sus colegas el aplazamiento de la sesión plenaria en caso de que Clinton ordenara un ataque contra Irak. Una vez comenzada la operación militar, varios prominentes congresistas republicanos expresaron en público sus dudas sobre las razones del presidente para ordenarla.Antes del súbito estallido de la crisis iraquí, el comienzo del debate de impeachment, que sólo tiene un precedente, el del procesamiento en la Cámara de Representantes de Andrew Johnson en 1868, estaba previsto para hoy. Los últimos sondeos efectuados ayer por medios de comunicación norteamericanos entre los congresistas seguían arrojando un 50% de posibilidades para cada opción: el triunfo o la derrota de la propuesta del comité de Asuntos Judiciales de que Clinton sea procesado para su destitución y su caso enviado al Senado para juicio.

Más de 60 parlamentarios republicanos o demócratas se declaraban indecisos u ocultaban su intención de voto. Pero muchos de los republicanos moderados en los que la Casa Blanca depositaba toda su confianza hace una semana se manifestaban partidarios de procesar al presidente por al menos uno de los cuatro cargos presentados por el comité de Asuntos Judiciales: el de perjurio cometido el pasado agosto en su declaración por circuito cerrado de televisión ante el gran jurado. Esa acusación parece la más fundamentada jurídicamente y la que entra más de lleno en el campo de los "graves delitos y faltas" que, según la Constitución de EE UU, permiten al legislativo cesar al presidente.

Michael Pappas, un republicano moderado de New Jersey reticente en principio al impeachment, aportó un nuevo clavo al posible ataúd político de Clinton, cuando citó textualmente lo dicho por Clinton en 1974 a propósito de Nixon: "El presidente ha mentido una y otra vez y ha traicionado la confianza en él depositada por el pueblo norteamericano. De nada sirve que continúe en su cargo. Lo único honroso que puede hacer es dimitir".

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