Borrell tacha de incoherente la política europea del jefe del Ejecutivo, y éste le acusa de "no entender nada"

Ante un hemiciclo semivacío el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el líder de la oposición, José Borrell, cruzaron ayer argumentos sobre el debate que divide a Europa: la reforma financiera de la UE y el futuro de los fondos que garantizan la cohesión entre los Estados miembros.Borrell acusó a Aznar de incoherencia al pedir "mas cohesión en Europa y reducirla en España", al aprobar una reforma del IRPF que "reducirá los ingresos en cerca de un billón de pesetas" y "pretender a la vez que los contribuyentes de otros países financien sus inversiones públicas". El presidente del Gobierno acusó a Borrell de no entender nada, ya que este Gobierno, dijo, "ha reducido el déficit, los impuestos, y la inflación sin contar para ello con los fondos europeos".

El debate sobre el estado de Europa, en este caso sobre los resultados del Consejo Europeo de Viena, volvió a naufragar por problemas de procedimiento. El formato habitual ratificado en la Junta de Portavoces impidió la respuesta de los grupos de la oposición a la réplica que les había formulado el presidente del Ejecutivo. El líder de IU, Julio Anguita, anunció que su grupo va a presentar una proposición no de ley que permita realizar un debate en condiciones tras el próximo Consejo Europeo de Bruselas en el que, en principio, puede decidirse la reforma financiera de la UE en la que España se juega miles de millones.

La ausencia de réplicas y contrarréplicas no desanimó a Borrell, que en una intervención acerada acusó a Aznar de llegar tarde y sin ideas al debate europeo. Con insistencia le exigió una rectificación pública de la acusación de "pedigüeño" que dirigió hace seis años a Felipe González cuando el entonces presidente del Gobierno negociaba en Edimburgo unos fondos que han supuesto para España 1,5 billones de pesetas. "Aznar no va ser capaz de conseguir para España y para la Unión Europea lo conseguido por Felipe González, que tanto criticó el PP en su momento. Ni en saldo financiero, ni en cohesión, ni en peso político".

Aznar ignoró en su réplica esta petición de rectificación solicitada por Borrell, pero sí la atendió el portavoz del PP, Luis de Grandes, pero para hacer justo lo contrario. "Ha sido penoso escuchar la cantinela del intento de deslegitimar al Gobierno en su derecho a pedir invocando la reforma fiscal. Es precisamente todo lo contrario, porque la reforma fiscal que beneficiará más que a nadie a pensionistas, trabajadores y familias nos legitima más para reclamar fondos de cohesión, ya que antes de pedir hacemos esfuerzos propios para prosperar, lo que nos diferencia de viejas posiciones mendicantes".

Anguita, en su intervención, marcó distancias con la mayoría de los grupos parlamentarios, incluso con aquellos que se reclaman de izquierdas. En su opinión, la Cumbre de Viena no ha hecho más que confirmar el abandono de la Unión Política Europea, el sometimiento de la UE a la política exterior unilateral de la OTAN y la aprobación de políticas economicas que suponen la "regresividad fiscal y la desregulación de los mercados de trabajo". "A la opinión pública se le está secuestrando a través de un lenguaje retorcido y oscuro, lo que está pasando en Europa".

Aznar, que reiteró que en la Cumbre de Viena se habían alcanzado los objetivos previstos, recibió el apoyo matizado de los nacionalistas, aunque todos ellos le pidieron flexibilidad e iniciativa para poder llegar al consenso.