Una exposición rescata de un largo olvido al poeta León Felipe Fotos, cuadros y documentos figuran en la muestra de Madrid
Raro e inclasificable, figura indiscutible del exilio español en México tras la guerra civil, León Felipe es una de las voces poéticas más relevantes del siglo XX español. A pesar de su categoría literaria, el destierro relegó la poesía de León Felipe al olvido durante el franquismo. Fotos, cuadros y documentos recuerdan desde hoy, en el 30º aniversario de su muerte, al escritor en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Apenas la actriz Sara Montiel y el cantante Paco Ibáñez salvaron la memoria y la difusión de la obra de León Felipe (Tábara-Zamora, 1884-México, 1968) durante la dictadura franquista. Intelectual comprometido con la República, como tantos otros, el poeta castellano se vio obligado a partir hacia el exilio en el año 1937. Varias generaciones de lectores tuvieron después que buscar, entre clandestinidades y secretos, la lírica profunda del autor de Versos y oraciones del caminante.El que fue su amigo y actualmente albacea, Alejandro Finisterre, ha coordinado una exposición que se abre hoy en el Círculo de Bellas Artes, de Madrid, con el apoyo del Ministerio de Educación y Cultura y el Ayuntamiento de Zamora, donde la muestra también será exhibida. Cerca de un centenar de fotografías, así como litografías y óleos de Josep Guinovart y de otros artistas, además de cartas, documentos y recuerdos se expondrán en Madrid hasta el próximo enero. La muestra incluye también los muebles de uno de sus dormitorios y otros objetos.
Áspero e intenso
León Felipe, que tuvo que estudiar la carrera de Farmacia por imperativos familiares, fue hombre de teatro, profesor de literatura en varios países de Iberoamérica y traductor de Walt Whitman, uno de los escritores que más influyó en su obra. Pero su poesía, definida por los especialistas como áspera e intensa, fue el género literario que más cultivó León Felipe y el que lo ha situado en las antologías literarias. Tras Versos y oraciones del caminante, escrita en la década de los años veinte, el poeta publicaría en 1939 Español del éxodo y del llanto, uno de sus libros más conocidos. Ya en el exilio y durante sus años de estancia en México y otros países de América, León Felipe escribiría Antología rota (1947), Llamadme publicano (1950) y El ciervo (1958). Este último poemario fue uno de los libros de cabecera de Ernesto Che Guevara, según confesó el mítico guerrillero en una carta al poeta.Jorge Urrutia se refiere en el catálogo de la exposición "al fermento revolucionario de corte anarquista" del poeta, y Fanny Rubio califica de "desgracia su situación generacional, que le ha valido no pocos silencios". Pero ha pervivido el recuerdo de León Felipe, aquél que escribiera que "un hombre cualquiera puede ser poeta y el poeta es el hombre que llama a la poesía sin miedo".
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