'Dominus' Manzano
El nombramiento del alcalde como doctor 'honoris causa' por la UNED desta la polémica
El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, del PP, llegó ayer a tiempo, lo que nunca acostumbra hacer. Y leyó el discurso, en vez de improvisar como suele. La ocasión lo merecía: iba a ser investido, por primera vez en su vida, doctor honoris causa por una universidad, la Universidad de Educación a Distancia (UNED). Como muchos de los actos, inauguraciones o decisiones del regidor madrileño (la última, la presentación del proyecto de las autopistas subterráneas) el evento no discurrió sin polémica: el sindicato CCOO había denunciado que el alcalde recibía el galardón por los favores urbanísticos que el Ayuntamiento había concedido a la UNED, entre los que se cuenta la cesión de varios edificios de Lavapiés para alojar centros universitarios.El sindicato considera que Álvarez del Manzano "tiene la sensibilidad cultural de un cactus", así que la concesión del doctorado "desprestigia a la institución que la otorga". El alcalde, ya tocado con el birrete colorado que simboliza el rango de doctor honoris causa en Derecho, replicó que estas acusaciones "son falsas", que sólo intentan "politizar el acto" y luego, a guisa de defensa, dijo: "Cuando una universidad madrileña concedió el doctorado honoris causa a Erich Honecker, CCOO no criticó nada". Honecker, ex dirigente comunista de la extinta República Democrática Alemana (RDA), fallecido en Chile en 1994, levantó el muro de Berlín y gobernó su país con criterios estalinistas.
Lo cierto es que la causa de la concesión del doctorado al "dominus Álvarez del Manzano" (buena parte de la ceremonia discurrió en latín) estuvo clara desde un principio: "Por el decidido apoyo del Ayuntamiento al Centro Asociado de la UNED en Madrid". Es decir: la universidad agradece a la Casa de la Villa, simbolizada en su alcalde, su colaboración en materia urbanística al cederle locales y edificios para su labor educativa. Iguales motivos han servido para otorgar el mismo galardón al alcalde de Tarrasa y presidente de la Diputación de Barcelona, el socialista Manuel Royes.
Todas estas críticas o matizaciones no empañaron ni un ápice el ánimo del alcalde, que sonrió durante casi todo el acto. No asistió a la ceremonia el presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz-Gallardón, ni ninguno de sus consejeros, a los que el regidor disculpó porque "el sitio era limitado" aunque algunas de las butacas quedaron libres. Pero sí acompañaron a Álvarez del Manzano, además de muchos de sus concejales, su madre, su esposa,sus hijos y su yerno. El alcalde describió el día de ayer como "uno de los más felices" de su vida. Y confía en que le den más doctorados. Incluso afectados por alguna polémica.
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