El presidente de EEUU insta a 3.000 jóvenes a luchar por la tolerancia y la convivencia
"El proceso de paz va a triunfar plenamente" vaticinó ayer el presidente Bill Clinton ante 3.000 jóvenes israelíes de enseñanza secundaria, que se habían concentrado en el palacio de congresos Binyanei Ha"ooma de Jerusalén para escucharle. El líder norteamericano convirtió su discurso -un himno en favor de la convivencia, la tolerancia y la paz con los vecinos palestinos- en uno de los actos más emotivos y populares del programa de esta su cuarta visita a Israel. El contrapunto a su intervención lo puso, una vez más, Benjamín Netanyahu.
"Es posible pasar la página de un pasado violento", aseguró Clinton en su emotivo discurso dirigido a miles de jóvenes, que interrumpieron varias veces con aplausos sus palabras. La cita de Clinton con los estudiantes fue uno de los escasos actos públicos de esta visita: se celebró en un gran auditorio, en contraposición a los habidos durante el resto de la jornada, a los que tenían acceso sólo un muy controlado número de personas."A vosotros, jóvenes, os pregunto cuál es vuestro sueño. Cuál es vuestro objetivo, ¿vivir en un estado de sitio o construir un futuro juntos, con los palestinos?. Hay alternativa al estado de sitio permanente" subrayó Clinton en uno de los momentos más inspirados de su mensaje.
El presidente invitó a los muchachos a trabajar en favor de la paz y utilizó para ello un inglés sencillo, mezclado en ocasiones con frases en perfecto hebreo, lo que provocó en el auditorio una llamarada de orgullo nacional y una estruendosa salva de aplausos.
"Tú puedes hacer la paz. Créeme" insistió el presidente, mientras reclamaba a los jóvenes la obligación de reconocer los derechos del pueblo palestino, al que presentó como "los vecinos para siempre".
El contrapunto de este discurso lleno de esperanza lo puso Netanyahu quien nuevamente, esta vez desde el estrado, acusó a los palestinos de ignorar el la existencia del Estado de Israel, incluso en sus manuales escolares. "Cómo se puede hacer la paz con un país que ni siquiera aparece en los mapas, los palestinos", pareció preguntar Netanyahu a Clinton, al iniciar una larga lista de agravios y temores, entre los que detalló los riesgos de entrar en Gaza para bañarse en sus playas. El primer ministro se dirigía con este discurso a otros jóvenes, los jóvenes ultraortodoxos y colonos radicales, de los que espera su apoyo y con los que se ha aliado para mantenerse en el poder.
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