La UE cede ante los "duty free"
Poderoso caballero es don Dinero. Bonn, París y Londres impusieron ayer sus tesis en defensa del poderosísimo lobby europeo de las tiendas libres de impuestos. Tras meses de presión, este grupo de interés ha conseguido que la UE se pliegue a sus exigencias -"abra las puertas", en expresión del británico Tony Blair- para que la Comisión y los ministros de Economía estudien en los próximos tres meses la posibilidad de aplazar la normativa que acaba desde el 1 de julio de 1999 con los privilegios fiscales de estas empresas.A pesar de que la directiva que prevé el final de este privilegio fue aprobada en 1991; a pesar de que la Unión adoptó un código para perseguir la competencia fiscal desleal; a pesar de que ayer mismo apelaron de nuevo contra ese mal, los Quince aprobaron lo que José María Aznar definió como "una fórmula sofisticadamente europea" con vistas a suspender la entrada en vigor de la normativa.
No es un asunto baladí. Aplazar una norma que ha gozado de un periodo transitorio de siete años para que los afectados se preparen puede ser un precedente peligroso. La Comisión, que lleva meses explicando que tuvieron tiempo "más que sobrado" para adaptarse a la leal y libre competencia, reaccionó con virulencia. "Estamos furiosos", admitió en privado un alto cargo. "No creo que haya una mayoría suficiente de comisarios para poner sobre la mesa una propuesta que cambie la norma actual". La ministra danesa de Finanzas, la liberal Marianne Jeveld, amenazó con provocar una crisis de Gobierno si su país apoya la derogación. Dejó caer que los defensores de los duty free pueden tener algún interés superior al de la mera preocupación por el empleo. "Para mí es una cuestión de principios que los políticos no se plieguen a los intereses de los lobbies", dijo.
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